Y si Dios nos lo permite,
un día po la mañana,
llévote a Villaviciosa,
la villa más renombrada
entre les villes de Asturies.
Y, si me apures, de España,
donde estuvo Carlos V
pasando una temporada.
Donde nacieron Pidal,
D. José Caveda y Nava
y D. Nicolás Rivero,
aquel hombre que fuel el alma
del “Diario de la Marina”,
periódicu de La Habana,
y el constante defensor
de la colonia Asturiana.
Y si llegamos temprano,
súbote al Pinu de Carda,
desde onde se ve la mar
y la ría con su barra,
y el Puntal, y San Martín,
y Liñeru, y la Rozada,
y Argüeru, y Oles, Careñes,
Villaverde y la Lloraza,
y desde el asientu’l cura;
verás la Villa, la Parra,
Sorribes, San Pedro Ambás,
y Tornón y Bedriñana
y el valle más placentero
que el mejor pintor pintara.
Carlos De la Concha
“Sueños de un Asturiano en América”
(Madrid 1921)