Aurelio Fernández posee en La Lloraza (Oles), una de las mayores huertas de hortaliza que hay en el concejo de Villaviciosa e incluso de Asturias. Medio millar de matas de tomate, sujetas con varillas de hierro para evitar que su abundante fruto las rompa, con siete y ocho tomates cada una; pimientos, cebolla, cebolleta, pepino, sandía, melón, y un largo etcétera de productos de huerta, naturales y sanos, que se dan con envidiable ‘viciu’ gracias al secreto de una magnífica tierra, buena semilla y el trabajo, intenso y permanente –sacrificado, dice Aurelio- que termina dando su fruto y convirtiéndose en la admiración de muchos de los visitantes que se acercan a verla.
Aurelio, dueño de uno de los últimos llagares de sovigañu que siguen en funcionamiento en Asturias, y cuya antigüedad calcula en unos 300 años, es la principal joya de un museo auténtico en el que abundan todo tipo de utensilios antiguos.