Vengo de un mar silencioso, sin costuras ni altibajos.
Mi mar es tenue, transparente, rojo de sol…alma antigua.
Superficie pintada de cielo, va mi sangre en tu cintura.
No conoces a tu hermano del norte
negro de noche sin estrellas, blanco de luna llena.
Mediterráneo mío, padre amado, débil y enfermo de siglos.
Destruye las singladuras de canallas sin rostro.
Purifica tus entrañas con enemas de naufragios.
Beso tu superficie en los días de verano, y me quieres…y te amo.
Pero en tu vientre veo locura veneno y fango.
Fíjate padre, en tu hermano del norte, como lucha contra los desalmados.
Aliado con el viento,
en sus garras de espuma blanca luce dientes afilados.
No te duermas en tu vejez de milenios, y aprende de tu hermano.
Padre amado.