Las diez esculturas que Manuel Estrada tiene en el jardín de su casa en Seloriu, impresionan por su altura de dos metros y las dos toneladas de peso de cada pieza.
Manuel ha dedicado los últimos 8 años de su vida a su gran afición, la escultura en piedra y la historia de los reyes y la monarquía asturiana. La primera que hizo apunta Manuel, «fue Don Pelayo y le siguen entre otras, Fruela, Alfonso II el Casto, Ramiro I, Favila o Bermudo, que es de la que me siento más orgulloso de la terminación, podría estar en cualquier plaza de una ciudad».
Pero este vecino de Seloriu no está por venderlas, aunque señala, «hombre todo dependería del dinero, porque siempre podría hacer otra parecida».
Lo que si tiene en mente este escultor autodidacta, son las próximas esculturas que quiere realizar, «ya tengo preparado un rincón en el jardín para esculpir a Ordoño, Aurelio y Mauregato, y aunque cada pieza me puede llevar meses, dependiendo de las horas diarias que le dedique, durante el próximo año espero que estén terminadas».