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George “Kid” Tidiman, trombón
Denny Illet, trompeta
Tim Huskisson, clarinete
John Siret, contrabajo
Billy Finch, batería
Dave Browning, piano
La etiqueta “New Orleans Jazz” (o Dixieland, o Hot Jazz, o Traditional
Jazz) designa al estilo original de esta música tal y como se desarrolló a
principios del siglo XX y que comúnmente se identifica con quien fuera la
primera gran estrella del género, Louis Armstrong. Distintos nombres para
una música estimulante y vitalista que sólo puede ser interpretada
convincentemente por músicos con más tablas que el mítico caballo de Troya y
que sean capaces de divertirse divirtiendo a la audiencia, de hacer
disfrutar al oyente disfrutando con lo que se hace. Todo esto y más lo
demostró con creces anoche en Villaviciosa la banda de Kid Tidiman ante los
afortunados asistentes.
George “Kid” Tidiman se presentó ante el público del Teatro Riera hacia las
nueve de las noche y comenzó por aclarar que ni él ni su banda procedían de
Nueva Orleans, sino de Inglaterra, pero que llevaban a Nueva Orleans en el
corazón. El concierto que ofrecieron no nos permite dudarlo ni siquiera por
un instante. Es más, al escuchar el repaso por la historia y los estilos del
primer jazz que nos ofrecieron, nadie diría que los músicos que ocupaban el
escenario no se habían criado en pleno barrio de Storyville: tal fue la
autenticidad de su interpretación de clásicos como “Basin Street Blues”
(calcando literalmente el estilo vocal de “Satchmo”) o “That's a Plenty”.
Otro de los momentos más entrañables vino propiciado por su versión del
“Didn't He Ramble” de W.C. Handy, pieza imprescindible en los funerales y
entierros de Nueva Orleans, y todo un canto a la vida a ritmo de “fox-trot”.
Tres aspectos a destacar de la inolvidable actuación: el impecable fraseo
vocal de Tidiman en el tema “Sweet Lorraine” (popularizado por Nat King
Cole), la eficaz labor de la incansable sección rítmica, y el virtuosismo
tanto de Tim Huskisson al clarinete (que brilló a gran altura en el clásico
“Petite Fleur” de Sidney Bechet) como del colosal pianista Dave Browning.
Este último logró poner de pie al público y arrancarle los más sonoros
aplausos de la noche con una apoteósica versión en solitario del histórico
“Maple Leaf Rag”, ¡una pieza de más de ciento diez años! Y como despedida,
un tema conocido hasta por los más legos en jazz, “When the Saints Go
Marchin' In”, que sirvió para presentar de nuevo a los miembros de la banda.
En resumen, si alguno de los asistentes había tenido un mal día, a buen
seguro que la música de Kid Tidiman y su banda de jazz consiguió quitarle
las penas, hacerle olvidar los sinsabores cotidianos, y dibujarle una
sonrisa como la que nos acompañó a todos de vuelta a casa. Un nuevo éxito,
también, para el organizador (Senén Luis) y patrocinador (Ayuntamiento de
Villaviciosa), a quienes corresponde felicitar.
José Antonio Cabo.