RECUERDOS DE LA MATANZA
Lo principal era criar el cerdo. Se solían comprar pequeños y cada familia los criaba en el corral, o en el campo.
El día de matanza se reunía toda la familia. El día anterior se preparaba el banco donde se iba a matar el cerdo, los cuchillos, la máquina de embutir, y los ingredientes necesarios para elaborar los chorizos, las morcillas, el adobu y salazón de los jamones, etc.
Nos levantábamos muy temprano, de madrugada. Los hombres agarraban el cerdo, le ataban las patas delanteras y traseras, lo estiraban en el banco y lo mataban, mientras una de las mujeres ponía debajo del pescuezo un recipiente para recoger toda la sangre.
Esta sangre servía para hacer después las morcillas
Después que el cerdo estaba muerto se quemaba con el agua caliente. Cuando estaba limpio se colgaba de una gancho que solía haber en todos los corrales para este menester y se empezaba a abrir y despiezar.
Se sacaban las tripas, se lavaban con mucha agua para utilizarlas en los chorizos y las morcillas.
Lo primero que se hacía era llevar un trozo de carne al veterinario para que comprobara que el cerdo estaba sano.
Como la matanza era una tradición familiar, entre los miembros de las propias familias se repartían algunas viandas y también se ofrecían otras a los vecinos y amigos que habían ayudado.
Tino Villar