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El primer día ya fuimos a desayunar a la villa cántabra de Reinosa, para acercarnos después a ver en nacimiento del rio Ebro, en Fontibre.
Desde aquí ya nos dirigimos a visitar el Mirador de Valcabado y la Cueva de los Franceses, ya en tierras palentinas, para mas tarde hacer la comida en la conocida como villa de las siete puertas, Aguilar de Campoo, muy famosa por sus galletas.
Muy cerca de Aguilar de Campoo, y también en tierras palentinas, se encuentra el pueblo de Olleros de Pisuerga, donde se encuentra la conocida como capilla Sixtina del arte rupestre, se trata de una capilla horadada en la roca.
Desde aquí ya nos fuimos acercando a lo que iba a ser nuestro destino, Burgos, haciendo, antes de llegar, una parada en el pueblo de Olmillos de Sasamon para contemplar su hermoso castillo.
Al día siguiente, aunque el tiempo no acompañaba mucho, pues había estado toda la noche con fuertes tormentas, fuimos a visitar los yacimientos de Atapuerca, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde nos explicaron sobre los hallazgos allí encontrados y como había sido la evolución humana. Desde allí fuimos a ver el parque arqueológico de Atapuerca, pero tuvimos que suspenderlo por lo mucho que llovía. Por la tarde salió el sol y una guía turística nos realizó una visita a la zona antigua y a la catedral, que es una maravilla también declarada Patrimonio de la Humanidad. Por la noche algunos fuimos a saborear los manjares de la cocina burgalesa, principalmente el lechazo, que estaba de muerte.
Al día siguiente ya dejamos Burgos para dirigirnos a un bonito pueblo castellano, ya en la provincia de Palencia, Ampudia, famoso por su castillo, muy bien conservado, y su Colegiata, a la que algunos denominan la Giralda de Tierra de Campos, tiene unas calles porticadas, muy antiguas, por las que parece que no haya pasado el tiempo.
Desde Ampudia fuimos a la capital de la provincia, Palencia, donde algunos subimos al cerro del Cristo del Otero.
Desde Palencia ya tomamos rumbo a Asturias, no sin antes parar a reponer fuerzas en Villaquejida.
Y así pasamos tres días de alegría y diversión, sobre todo por el buen rollo que existe entre todos los componentes del grupo.
Gracias a Alfonso Gancedo