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Fermin cobraba en el año 53, una peseta por arreglar un pinchazo y permaneció más de 45 años arreglándolas.
Nació en La Corredoria, Oviedo, (lo mejor del mundo, dice él) allá por el 31, el tercero de cuatro hermanos cuyo padre trabajaba en la fabrica de curtidos de la Corredoria, y que tubo la suerte de tener un tío que llevaba un taller de bicicletas en la calle General Elorza esquina a la Lila que le enseño a montar y desmontar una bici con los ojos cerrados.
-¿Como vino a Villaviciosa?
-Con 15 años conocí en el taller de mi tío, a un cura, de las mejores personas del mundo, que iba a decir misa a Avilés, Grado, a todos los lados y me llevaba a mi con el de asistente por si pinchaba, o tenia alguna avería con la bici, me pagaba 10 duros por todo el día y donde quiera que íbamos comía o bebía con el, que casi siempre lo invitaba algún parroquiano, así que mejor imposible. Y así anduve hasta que llego el servicio militar, a la vuelta, un viajante que repartía en el taller de mi tío me convenció para que me estableciera en la Villa, decía él, que a pesar de haber algún tallerucu, el mercau estaba desatendido por aquí.
-¿Y como se establece en la calle Nicolás Rivero?
-Animado por Tuñon, el viajante, vine a dar a Camoca, donde tengo familia, mi tío Ramón es el padre de Hernán, en casa de los cuales me quede hasta que me pude establecer del todo, a Tuñon le agradezco mucho porque me dio todo lo necesario para iniciarme en el taller, y le fui pagando poco a poco, el bajo era de Paredes, por el que pagaba en el año 1953, 300 pts. de renta. Abrí y por aquel entonces se trabajaba de lunes a domingo, todos lo hacían así, solo se descansaba el domingo por la tarde, subía a dormir a Camota y a medio día comía en los Tres Leones que estaban justo al lado.
-¿Cuándo conoce a la que hoy es su mujer?
-Cuando vine a Camoca, Lola Riestra Mieres es de allí, no empezamos a salir entonces, tardaríamos dos años más o menos, nos casamos en el 57 y nos vinimos a una buhardilla al Encanto por la que pagábamos 200 pts. de alquiler al mes, fueron tiempos de apretar fuerte, como para todos. Lugo vinieron Tino y después Moisés y ahora ya tenemos tres nietas.
-¿Y que me cuenta de la tienda?
-La tienda vino con el correr de los años, al principio solo era taller, cuando se construían cosas que se podían arreglar, ahora todo es como los pañuelos de los mocos, tan de usar y tirar……………pero arreglábamos de todo, sabia montar un pedal entero, meter las bolas, engrasarlo, montarlo y a correr, ahora vienen en una pieza y si se cae uno se tira y otro nuevo, luego quieren que reciclemos, que hagan las cosas resistentes para que cuando se estropeen se puedan reparar como antes, así que no extrañe que acabemos con todo.
-Si el alquiler eran 300 pts ¿Cuánto costaba arreglar un pinchazo?
-Me acuerdo que por un pinchazo cobraba una peseta, arreglábamos todo, me llegaban con la rueda echa un ocho y se iban pedaleando con la misma, o con el eje pedalier desecho y lo montaba entero, le metía las bolas y a pedalear. Recuerdo las noches cercanas a Reyes pasármelas enteras pintando viejas bicis que recuperaba, lijaba y las dejaba como nuevas para que sus majestades las dejaran la noche del 5 de enero.
-¿Algún famoso que arreglase su bici en su taller?
-En la villa alguna vez tuve que reparar a alguno de la vuelta a España a su paso por aquí, pero cuando estaba en Oviedo con mi tío, iba mucho al taller El Ganso, que era de Oviedo, fue muy conocido, luego lo vi por la Villa que venia con los equipos que corrían en la carrera de las fiestas del Portal.
-¿Recuerda algún cliente en especial?
-Recuerdo que el primer cliente que entro en el taller fue; Juaco el de Maoxu, tenia mucha clientela de los que trabajaban en la mina de Viñon, y un Félix de Poreñu que bajaba a la Villa en Bici todos los días, los Cayado que venían al colegio desde Breceña, Manolin Madrera, y los que bajaban a trabajar al Gaiteru así como los estudiantes que me dejaban les bicicletas delante de la tienda y cuando venia de comer no se veía la calle.
-Alguna anécdota, que a buen seguro las habrá buenas.
-Cuando me establecí aquí había otros tres negocios por el estilo en la Villa, un poco más allá en la misma calle estaba Gallinal, y hacia el Riañu Tirador, en la calle la Madalena Villamandos, y la gente decía que donde iba yo que venia de afuera, nadie daba un duru por mí, luego fui el que permaneció hasta 1996, que me jubile con 65, pero que podía haber seguido muy guapamente. Más de 45 años arreglando bicicletas.