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… entrada la tarde llegamos a Villaviciosa, a 8 leguas de Oviedo, al borde de una ensenada que comunica con el golfo de Vizcaya.
Suele llamarse a Villaviciosa la capital de las avellanas, por la inmensa cantidad de este producto que se cosecha en su término; la mayor parte se exporta a Inglaterra.
Al acercarnos al pueblo dábamos alcance a numerosos carros de avellanas que llevaban la misma dirección que nosotros. Me dijeron que en la rada había anclados algunos barcos ingleses.
Por extraño que parezca, y a pesar de hallarnos en la capital de las avellanas, nos fue muy difícil procurarnos un puñado de ellas para postre y más de la mitad de las que nos dieron estaban huecas.
Los de la posada nos dijeron que como las avellanas eran para la exportación, no se les ocurría comerlas ni ofrecérselas a los huéspedes…