Carta lector: Un español en Alemania. ‘Me gustaría poner cara a la dura realidad de la inmigración’
José Mateos Mariscal: "Me gustaría colaborar con su periódico relatando un poco como vivimos los emigrantes españoles en Alemania. Expatriados que en su día perdimos todo desahucios tras desahucio y hoy resistimos en Alemania...."
Todos los migrantes tienen derecho a igual protección de todos sus derechos humanos. En este Día Internacional, insto a los líderes y a las personas de todo el mundo a que den vida al Pacto Mundial, para que la migración funcione para todos.
Soy José Mateos Mariscal, trabajador autónomo en mi país, España, perjudicado por una crisis económica. Perdí todo: mi piso, mi coche, todo menos mi dignidad. Después de dos desahucios la crisis me transportó a Alemania con mi mujer y mis dos hijos (mi chica de 12 y mi chico de 8 en aquel entonces, 2013).
Un 3 de junio decidimos embarcarnos en la aventura (tuvimos que elegir entre la aventura o perder a los chicos y la ayuda social que percibíamos). Nuestra situación era la de estar de desahucio en desahucio y los asistentes sociales estaban tras nosotros. Vivíamos la odisea de una familia en paro.
Llevo viviendo en Alemania 7 años y me gustaría decirles que no es oro todo lo que reluce: sobre todo en lo que al tema laboral se refiere, y sobre la idea que tienen algunos muy equivocada, pues no todos los alemanes van en BMW y Mercedes.
Si eres una persona con título universitario o un trabajador especializado sí se puede encontrar un buen puesto de trabajo bien remunerado. Eso sí, en la mayoría de los casos tienes que saber hablar alemán o por lo menos defenderte muy bien.
Si no eres del grupo de los trabajadores especializados no lo vas a tener nada fácil para encontrar un buen puesto de trabajo. Eso sí, si quieres trabajar en «algo» que te den mil ó mil y poco euros limpios al mes sin saber hablar el idioma y poder ganarte la vida honradamente creo que no hay problema. Aquí les dicen «Produktion» o «trabajos de producción», fábricas, trabajos monótonos...
También tengo que decir que si lo solicitas el estado te paga un «Deutsch Intensive Kurs» o curso intensivo de alemán que dura varios meses. Yo lo estoy haciendo cada dia 4 horas. Es un tostón pero se aprende mucho. Si vives aquí y no hablas el idioma te sentirás desplazado y desamparado. El alemán es bastante jodido de aprender y lleno de trampas para que los extranjeros no podamos aprenderlo nunca bien del todo. Además, de un pueblo a otro cambia la pronunciación de algunas palabras. El único consuelo que me queda es que entre ellos mismos a veces no se entienden. En el segundo trabajo que tuve, en HAYKO (foh...aún recuerdo el olor a goma quemada...) había dos alemanes, uno del norte y otro del sur y acabaron entre ellos hablando en inglés!!!
Vivir en el extranjero, no es sinónimo de riqueza, buena vida y buen trabajo... Vivir en el extranjero es más bien sinónimo de mucha lucha de trabajo muy duro, de mucho sacrificio, soledad, nostalgia, valentía, de sobrevivencia, de ser humillado, despreciado, y en muchas ocasiones hasta abusado.
También es sinónimo de tener que renunciar a muchas cosas, y sacrificarse por otras con el fin de tener una vida mejor, que en algunos casos se logra, en otros es una constante lucha.
Esto es para todos aquellos que no han salido de su tierra, y se atreven a criticar a todos aquellos que una vez con un poco de valentía, o de miedo, de esperanza, y sobre todo con mucha fe en Dios nos atrevimos a dejar nuestra tierra por vias diferentes para buscar nuevos horizontes y un futuro mejor, pero siempre con el corazón puesto en nuestra tierra natal.
Alemania, el deseo Europeo
José Mateos Mariscal
Carta y fotos
(José Mateos Mariscal)