Adrián y Julián, ‘Los Americanos’ que relatan su experiencia colaborando con Cáritas. Tina Villar
Tina Villar
CARITAS – LA RED SOCIAL NO ONLINE
Tomando como base los principios de la fe cristina, CARITAS lleva desde 1947 creando redes para ayudar a los más desfavorecidos. Su objetivo no es otro que el de construir un mundo más justo.
Ninguno de sus valores es más importante que otro, sin embargo, hoy queremos resaltar la actividad de todas esas personas que de manera desinteresada colaboran para que vivamos en una sociedad más fraterna: los VOLUNTARIOS.
Durante estos setenta y siete años de historia la labor de CARTIAS se ha llevado a cabo en buena medida con la ayuda de los más de setenta mil VOLUNTARIOS que a diario dedican parte de su tiempo y todas sus capacidades al servicio de la comunidad.
En Villaviciosa CARITAS cuenta con una veintena de almas generosas que “echan un cable” con los más mayores. Aprovechamos para enviarles un cariñoso saludo y nuestro inmenso agradecimiento.
Desafortunadamente el aumento de esperanza de vida y el crecimiento demográfico cero, sumados a la falta de recursos para contratar personal especializado, ha elevado la demanda de “MANOS AMIGAS” que pongan su grano de arena en la tarea de acompañar a aquellos que por diversas razones sufren una situación de soledad no deseada.
Ser voluntario de acompañamiento permite conocer y comprender mejor la realidad, así como adquirir una serie de valiosas actitudes: pensamiento crítico y global, sensibilización ante los problemas ajenos, una visión comprometida y solidaria del mundo y desarrollar la capacidad de trabajo en equipo.
Los requisitos son mínimos: Tener compromiso y ser altruista y formal. Tomar conciencia de la importancia de ofrecer afecto. Ser conscientes de la problemática actual. Tener un gran sentido de la ética y no esperar compensación material.
El voluntariado forma parte de la esencia de CARITAS. Y como creemos en la justicia divina y sabemos que la Fe mueve montañas, confiamos en que tras la lectura de esta crónica nos lluevan solicitudes de voluntariado.
Desde aquí hacemos un llamamiento a la población de Villaviciosa, en especial a los más jóvenes para que apoyen y ayuden a su comunidad en la medida de lo posible.
Y a continuación os presentamos a Adrián y Julián, alias “Los Americanos”, que nos relatan su experiencia colaborando con CARITAS.
Viven en Miami, pero veranean en Asturias, lugar de residencia de la familia paterna.
Es habitual verles disfrutando de los dones que ofrece la Tierrina, pero también dando, en compensación, lo mejor de sí mismos.
Adrián y Julián, tocando con la Banda de Música de Villaviciosa, bajo la dirección de José Antonio Fernández, en el concierto ofrecido en el parque Ballina el pasado día 31 de julio.
¿Chicos, cómo se inició vuestra andadura con el voluntariado?
Comenzó de manera fortuita hará unos cinco años. Vivimos en EE.UU., pero venimos cada año de vacaciones desde niños porque la rama paterna de la familia es asturiana.
En Estados Unidos requieren que los jóvenes hagamos ciento veinte horas de servicio comunitario, demostrables, al finalizar el colegio. Si no lo haces no te gradúas. Mi hermano Andrés se encontraba justo en ese punto y estábamos aquí en Asturias.
Nuestra familia conocía a Mari Fe Vega, Técnico de Acompañamiento del voluntariado de Caritas para el Oriente de Asturias. Le preguntamos si era posible que Andrés cumpliera con el servicio a la comunidad en Caritas y estuvieron más que encantados con la oferta. Ahora participa la familia al completo, pero él fue el primero en involucrarse.
Como puede apreciarse en la foto somos músicos. La invitación inicial por parte de CARITAS fue la de acudir con nuestros instrumentos para animar y entretener a los ancianos alojados en Nuestra Señora del Portal.
Pasamos un rato de lo más entretenido tocando canciones tradicionales y nuestra primera sorpresa fue la de comprobar que actuábamos para un público muy agradecido. Apreciaron el hecho de que fuéramos a verles e intentáramos hacerlo lo mejor posible.
La segunda sorpresa fue constatar la enorme importancia que tuvo para nosotros lo que nos llevábamos, lo recibido. Esto nos conectó de un modo profundo con lo que implica la ayuda voluntaria.
¿Qué tiene Caritas para que continuéis colaborando año tras año?
La sola palabra, Caritas, ya nos da tranquilidad. No es sólo que Mari Fe trabaje ahí, que sí fue importante en un principio, es también por la seriedad y el apoyo que presta a todo el mundo.
No se nos ocurre otra entidad que CARITAS a la que donar aquello que siendo aún de utilidad sabemos que ya no vamos a usar.
Otra razón es que somos creyentes practicantes y para nosotros CARITAS es algo importante y meritorio. Por supuesto nos sentimos emocionalmente vinculados a la gran labor que realiza en las parroquias. Es una misión que entendemos y compartimos.
¿Por qué es tan reconfortante?
A base de repetir la experiencia cada año nos vamos conociendo. Nosotros les conocemos a ellos y viceversa. El reencuentro anual produce felicidad por ambas partes. De alguna manera los unos estamos en la vida de los otros. Sabemos que preguntan por nosotros a lo largo del año. Es reconfortante que te recuerden y te reconozcan.
Ah, ya estáis aquí – suelen decir cuando nos ven aparecer de nuevo.
¿Cuánto tiempo les dedicáis?
Vamos todas las semanas a la residencia para mayores Nuestra Señora del Portal, junto a la Iglesia de Santa María, y les dedicamos de dos a tres horas cada viernes.
Además de visitar a los ancianos también tocáis con la Banda de Música
Sí, dos días a la semana ensayamos con la Banda de Música. Nuestra madre toca la trompeta y nosotros tocamos la trompeta, la tuba y la guitarra clásica. Nos encanta sentirnos inmersos en ese tipo de actividad cultural.
Hemos participado en los conciertos de La Banda. El día 20 de julio tocamos en el teatro Riera. La idea era hacer un pasacalle para finalizar tocando en la Plaza de la Poesía, pero la lluvia nos obligó a hacerlo en el teatro.
También participamos el día 31 de julio en el Parque Ballina. Después la Banda de Música se toma un descanso y no volverá a actuar hasta las Fiestas del Portal en Septiembre. Nos sentimos muy agradecidos de que nos permitan tocar con ellos. La música no vale para nada si no se comparte.
Banda de música de Villaviciosa
Venimos desplazándonos hasta Villaviciosa, bien para ensayar con La Banda, bien para colaborar con Caritas, tres veces por semana.
¿Qué beneficios aporta hacer voluntariado en Caritas?
Resulta emocionante el contacto con los residentes. Por ejemplo, un día en que habíamos estado tocando la guitarra y bailando, una señora comentó, visiblemente emocionada, que recordaría ese momento para siempre.
Nos sobrecogió el hecho de que algo que para nosotros era tan fácil y nos costó tan poco, tuviera tanto significado para esa persona.
Ser escuchados, además, produce en ellos un hondo sentimiento de agradecimiento.
Recuerdo un día en que una señora nos dio cinco euros. Valoró el hecho de que estuviéramos allí del tal modo que quiso premiarnos, en la medida de sus posibilidades. Por supuesto, aceptamos el regalo por la importancia del gesto para nosotros.
El intercambio se produce en ambas direcciones. Sí, damos, pero es mucho lo que recibimos.
¿Qué os motiva?
Siempre es un intercambio y tiene su parte lúdica. Pasamos la tarde de manera divertida, tocando música, que nos sirve de práctica, pero también escuchando las historias que nos cuentan sobre Asturias. Así hemos aprendido acerca de esta tierra.
Este año que viene comenzaré la universidad – dice Julián. Y buena parte de mi solicitud consistió en explicar mi trasfondo cultural asturiano y mis raíces, tan importantes para construir mi identidad.
¿Qué características ha desarrollado en vosotros?
La más importante es que ahora sabemos que existen realidades de las que antes no éramos conscientes. Nos conmueve saber que su experiencia vital, el día a día, se convierte en algo muy simple, muy reducido, porque su capacidad para interactuar con la comunidad es mínima.
Es genial que las residencias sean aquí tan accesibles. La tarea de los voluntarios en nuestro país consiste más en ayudar con la logística. Por ejemplo, fuimos a una granja a recoger comida para llevarla a un alberque de personas sin techo. Allí no se da la cercanía y el calor humano que hay aquí.
Nos hace gracia y también es una alegría saber que cuando llegamos enseguida se extiende el rumor. Se oye decir: ya están aquí “los americanos”.
¿Creéis que funcionaria en España lo de las horas de servicio obligatorio a la comunidad?
Quizá sean necesarias modificaciones para adaptarlo a la idiosincrasia española, pero si allí funciona, aquí también.
Sabemos que antaño los jóvenes españoles hacían el servicio militar. Hemos leído por ahí que a nivel profundo también era una especie de “rito de juventud” donde salían del “cascarón” para enfrentar situaciones de obediencia a desconocidos en un ambiente hostil. Y era obligatorio. El servicio a la comunidad podría convertirse en una forma de sumar puntos al baremo de cara a la universidad, por ejemplo.
Que los jóvenes prestemos servicio a nuestra comunidad no solo nos abre la mente, también nos hace más conscientes, responsables y desarrolla la empatía, que siempre es un valor en alza a lo largo de nuestra vida.
Hacer algo bueno por los demás siempre te hace sentir orgulloso de ti mismo. Aumenta tu confianza y tu autoestima. Es una situación que se retroalimenta porque cuanto mejor te sientes contigo mismo tu visión de la vida y del futuro es más positiva y esto es lo que proyectas.
¿Por qué Nuestra Señora del Portal?
Sabemos que en comparación con las otras dos hay residentes que están más solos. Al ser una residencia municipal que dispone de plazas públicas los abuelos proceden de cualquier parte de Asturias y sus familiares a veces no pueden venir a verlos por razón de distancia o situación de vida. Son personas sin apoyo o red familiar. Solo cuentan con la ayuda de Caritas como voluntariado externo.
¿Cómo os recibieron el resto de los voluntarios?
No nos costó nada integrarnos dentro de un grupo de voluntarios de años. Creo que nos respetaron cuando vieron que no pretendíamos cambiar nada, que simplemente estábamos ayudando. No hacemos otra cosa que acompañar, que fue lo que se nos pidió. Tampoco teníamos inconveniente en “hacer el ridículo” en el parque bailando con ellos.
Recuerdo como anécdota simpática que, en una ocasión fue un grupo de peregrinos y en otra una excursión de chinos, se unieron al baile. Más tarde se sentaron con nosotros y les explicamos qué era Caritas y porque estábamos allí cantando y bailando. Les pareció lo más increíble del mundo. Nos sentimos fantásticos.
La mayor visibilidad que tiene Caritas es el trabajo de campo. Estar en la calle, que te vean. No hace falta explicar más. La gente ve tu acción, el servicio.
De izquierda a derecha. Detrás: Adrián, Ignacio y Julián Fente. Delante: Marisa Tuero y Mari Fe Vega, en el primer encuentro de residencias para mayores de Villaviciosa organizado por CARITAS, que se celebró el día 2 de agosto en el Parque Ballina
¿Actitudes a evitar?
Con la experiencia hemos aprendido a tratar a las personas de acuerdo a su edad. No porque se han hecho mayores son de nuevo niños pequeños. Eso es un tópico. El respeto es indispensable.
En la medida en que te vas implicando, si decides hacer voluntariado de manera continuada, tomas conciencia de que no viene mal dedicar un poco de tiempo a la reflexión y a la formación
Es importante tener claro que estamos tratando con adultos con distintos grados de autonomía. Es deseable tener en cuenta a esa persona y respetar su ritmo no acabando sus frases, por ejemplo.
Pueden sufrir desorientación si no se les informa hacia donde nos dirigimos cuando van en silla de ruedas. Antes de mover la silla tendríamos que situarnos delante y explicarles que vamos aquí o allá.
Estar pendientes y centrados en ellos e interactuar en la medida de lo posible para que la persona no se sienta sola. Si se sale en grupo lo idóneo es estar pendiente de que nadie se sienta excluido.
Han envejecido, sí, pero se trata de adultos y el trato siempre debe ser de igual a igual. En caso de duda, la mejor medida es pensar en cómo te gustaría ser tratado en su situación. Automáticamente te recoloca.
Cada persona es un mundo. Es importante dejarles que te hablen, que te cuenten. Si conocemos su historia de vida cuando nos encontremos con situaciones de enfado o tristeza, que también pueden darse, seremos capaces de entender su comportamiento
¿Chicos, alguna recomendación a otros jóvenes?
Sí, que prueben. Si no es algo que les llene siempre pueden dejarlo. A veces no se intenta por miedo, porque nos colocamos barreras a nosotros mismos. Pensamos que habrá problemas de comunicación a causa de la diferencia de edad. Se sorprenderían de lo hondo que puede calar en una persona que se siente sola un gesto amable o una sonrisa.
Cuando empezamos a visitar la residencia éramos nosotros los que no entendíamos apenas nada cuando nos hablaban. Con la práctica somos capaces de entender su lenguaje no verbal.
Es cierto que jugamos con ventaja. Nosotros entretenemos interpretando música que les ayuda a evocar sentimientos y pensamientos del pasado favoreciendo el recuerdo y la memoria.
Sabemos que hay estudios acerca del beneficio que produce la música a la hora de reactivar algunas funciones cerebrales. Personas que no reaccionan a otros estímulos, si lo hacen con la música. Hemos visto como residentes que apenas se movían tocaron las palmas cuando oyeron la música que escuchaban cuando eran jóvenes.
Adrián y Julián ayudando en el primer encuentro de Residencias celebrado el 2 de agosto en el Parque Ballina.
Por los mayores se puede y se debe hacer mucho. Las personas llegamos en la vida donde queremos con el apoyo y el esfuerzo de nuestros padres. Es justo que se lo devolvamos cuando ellos dejan de valerse por sí mismos.
¿Tenéis algún proyecto en mente?
Por supuesto. Como ya sabéis somos músicos, pero esta es una actividad paralela a nuestros estudios universitarios.
Estoy desarrollando un instrumento, un prototipo de trompeta eléctrica – dice Adrián. La idea es que pueda ser tocada por personas que no tienen la suficiente capacidad pulmonar para soplar.
El aire, que es lo que hace que las escalas suban o bajen, en este instrumento ha sido sustituido por una rueda que al girarla, en combinación con las teclas, produce los sonidos.
Dado que estoy usando tecnología avanzada el instrumento lleva bluetooth. Esto tiene una enorme importancia porque me permite escucharlo con auriculares y puedo tocar cuanto quiera a la hora que quiera sin molestar a nadie
La idea de fondo es facilitarles la vida a aquellos que no tiene la posibilidad de tocar una trompeta pero querrían hacerlo. Quizá las personas que han dedicado su vida a otras actividades no tengan interés, pero cuando mi madre, que toca la trompeta, tenga noventa años, ella sí querrá seguir tocando. La motivación de fondo es crear algo útil para ellos.
¿Hacer voluntariado ha mejorado vuestras vidas?
Sin lugar a duda. Con la experiencia hemos descubierto que somos nosotros quienes nos sentimos agradecidos de que CARITAS nos permita colaborar.
Este tipo de actividades me han conectado con mis raíces – dice Julián.
EL voluntariado realizado con cariño y seriedad te hace crecer como persona. Aprendes que detrás de cada individuo, tenga la edad que tenga, hay una historia, una vida llena de experiencias cargadas de matices.
Todos los jóvenes deberían dedicar al menos un año a este tipo de actividad. A todos nos viene bien tomar conciencia de una realidad que un día será la nuestra.
En CARITAS se han construido las bases para crear una juventud comprometida. No hace falta que vayan a Nicaragua, por decir el primer país que vino a mi mente. Si miran bien a su alrededor, en su comunidad, en su propio vecindario, hay personas que necesitan que les echen un cable.
Nos consta que el objetivo de CARITAS es crear un equipo estable y comprometido de jóvenes voluntarios que no sea temporal sino que se perpetúe en el tiempo.
¿Podríais definir vuestra actividad con una palabra?
Se nos ocurren muchas pero creemos que la palabra “gratificante” es bastante gráfica.
Por supuesto, GRACIAS a CARITAS de Villaviciosa.
Tina Villar