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Rabat, 1 abr (EFE).-
En un proyecto presentado a lo largo de la última semana en las seis sedes del Instituto Cervantes en este país, ambos grupos adaptaron sus repertorios y unieron sus instrumentos para ofrecer, según explicó el asturiano, -un viaje del Cabo Peñas al Cabo Espartel a través de la música-
En el último de sus conciertos conjuntos, las dos formaciones tendieron anoche lazos entre sus culturas ante el público rabatí, que no dudó en acompañar con palmas tanto los ritmos de sus compatriotas como el –xiringüelu- o el-pericote-, que Hevia trajo desde el norte de España.
Una puesta en común que no resultó difícil para estos músicos, cuyas trayectorias se asemejan en la intención de unir tradición y modernidad: mientras que Hevia reinterpreta temas populares de su tierra con su gaita electrónica, los hermanos Akkaf unen en sus composiciones -el jazz, las músicas del mundo y la música marroquí-
El asturiano explicó a Efe que, durante la preparación de esta gira, se encontraron -con sorpresas-, como que al llegar el primer día y presentarse mutuamente -a través de los instrumentos-, vieron que hasta tenían -algunos en común-.
Y es que, según señaló, ambas tradiciones -no son tan distintas-: -La música popular es un poco como el queso, que tiene muy diferentes formas en muy diferentes sitios dependiendo de la ganadería, de los modos de vida tradicionales, de la economía... pero siempre es queso. Y la música tradicional, igual.-
El resultado de esos lazos fueron seis piezas adaptadas fusionando composiciones de ambos grupos que todos los músicos tocaron juntos, así como otros fragmentos en los que cada formación se quedó sola en escena, porque -se trataba de fusionar pero tampoco de dejar de exponer en el escenario- lo que hace -cada uno-.
Hevia repasó su trayectoria interpretando desde una danza popular llanisca que incluso se lanzó a bailar, hasta canciones de misa, una melodía de amor -que cantaba su abuelo cuando creía que no le oía nadie-, o Busindre Reel, el tema que le lanzó al éxito en 1999.
Acompañado en escena por su hermana María José en la percusión y por Dina Majado al piano, introdujo cada pieza con pequeñas historias que contó en francés y en castellano, para luego dar paso a sus -hermanos marroquíes-, los Akkaf, que optaron por el árabe para presentar las tres composiciones, más largas y tranquilas, que constituyeron su parte.
-Encantado de la vida- de estar en Marruecos, Hevia alabó la tradición de sus anfitriones, que calificó de -n pueblo que tiene una fuerte cultura musical y que la sabe defender como nadie-
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Por eso, el gaitero, que afirmó tener proyectos en mente -que aún no puede desvelar-, así como conciertos previstos en Italia, Rumanía y China en los próximos meses, no descarta continuar colaborando con los hermanos Akkaf en futuras ocasiones, porque con ellos, asegura, se apuntaría a ir -al fin del mundo-