Llegan las navidades y está de moda –moda cara- el adornar la casa con muérdago. El mordicus o mordedor del bajo latín. Por cierto que mordicatio era tanto como cólico o retortijón. Ese es el muérdago, plaga parasitaria de nuestros manzanos que se ha contagiado a otros árboles frutales y al pino silvestre. Es plaga estable, creciente, de efectos desastrosos, que contemplamos con indiferencia.
En nuestra lengua asturiana se llama arfueyu, y se caracteriza como “planta dañible que xorrez nos manzanales”. Cuando crece en un árbol lo consume y hay que eliminarlo: cortarlo y escoplear el lugar que le ha servido de soporte, bañar el lugar con una disolución de sulfato de hierro y cubrir la herida con alquitrán. Eso se establecía antiguamente. El doctor G. Casal decía de él: “Infeliz aborto que los consume, destruye, quita la facultad de producir sus connaturales frutos”.
“Tiempo es ya –escribía Rubio Camín hace veinte años- de que los manzanos no estén cargados de, arfueyu, VISCUM ALBUM L., muérdago, planta arbustiva que vive como hemiparásito sobre los árboles, según Thomas Schauer. En este concejo villaviciosín hay demasiado ,arfueyu,. Vemos muchísimos manzanos cargados de ese mal que destroza los árboles y que se propaga con gran facilidad por distintos métodos: los pájaros, por ejemplo. No es suficiente que algunos cosecheros limpien, poden, aren, cuchen, y mimen sus árboles; es necesario que sean todos, absolutamente todos los que mantengan limpias sus pomaradas. Decimos que Villaviciosa es buena tierra de manzanas, La capital manzanera de España. Una verdad a medias, si no se cuida debidamente la planta. Los que cuidan sus pomaradas se ven invadidos por causa de los que no hacen el más mínimo caso de sus cultivos. Hay que dar un aviso a las autoridades que tienen que ver con el asunto, para que tomen buena nota de este hecho lamentable.
En zonas cargadas de, arfueyu, en los manzanos, ya se pasó a los avellanos y a los tilos. También se ve en los alisos, álamos, robles, etc. Y que conste que hay otras especies de esta planta hemiparásita, que ataca a otros muchos árboles, subespecies: ABITIES y AUSTRIACUM, y esta plaga se incrementará sin más remedio, como no se ponga coto a esta desidia que hoy es bien patente.
Por todo ello es claro que jamás debe darse el nombre de esta excrecencia dañina a una calle de esta villa. El cáncer no merece nuestros homenajes. Lo digo porque en el nuevo nomenclátor aprobado por nuestro gobierno municipal figura con el número 34 el nombre de ARFUEYU. Me imagino que los campesinos estarán contentos viendo cómo se homenajea el cáncer de sus cultivos. Es de suponer el asombro y aun la irrisión que causará en cuantos lleguen a saber que la Capital Manzanera de España rinde honores al arfueyu, el enemigo número uno de su emblemático árbol, es decir del manzano.
Es de esperar que el buen sentido se imponga y nadie dé jamás la orden de que se denomine una calle con ese malhadado nombre.
Que nuestras navidades se adornen con algo más digno. Que las tengan muy felices los lectores de este pasacalles, sin mordedura ni retortijón.
ETELVINO GONZÁLEZ LÓPEZ
Diciembre de 2008.