Luisa Agüera, Obaya, y Roberto Carneado, Camoca, recuerdan el lino en Villaviciosa -. Fotos
Redacción. Vicente Alonso
La flor del lino, (Linum usitatissimum), y su cultivo para confeccionar tejidos se conoce desde tiempos muy antiguos. Ya Villaviciosa se dedicaba una feria a este vegetal desde el año 1.615 en Camoca, según explica Roberto Carneado, organizador en la actualidad de la ‘Feria de Octubre’. “Esta feria dedicada al lino y las nueces tuvo mucha relevancia hasta mediados del siglo XX, y desde tiempos muy pretéritos a ella acudían arrieros de Castilla, Galicia y Vizcaya, para comprar lino, en cadexos o tejido”. Tanto en el Castro de Taloca, en Camoca, como en el de Moriyón, Miravalles, el hallazgo de algunos granos polínicos atestiguan el cultivo de lino siglos atrás. “En el pueblo de Camoca son abundantes los topónimos relacionados con el cultivo del Lino. El ‘Práu del Linar’, o la ‘Faza Linares’ son buenos ejemplos de ello”, asegura Carneado, estudioso de la historia local
Antigua feria lino y las nueces en Camoca
El lino se cultivaba en numerosos pueblos maliayos, que además contaban con telares, como Rozaes, Lugas, Puelles o Camoca. También en Amandi donde el topónimo del rio Linares que lo cruza, se cree que proviene de las flores del lino
En la actualidad, y en el entorno de uno de los afluentes de este rio, en Obaya, vuelven a verse ahora florecer las plantas de lino. Una de sus vecinas de más edad, Luisa Agüera Agüera de 88 años recuerda, “a finales de 1.800, Catalina Ramos, abuela de mi marido Dionisio Soto, tenía un telar en Obaya, y confeccionaba para casa y algunos encargos. Hacía sábanas, colchas, mandiles, camisas o manteles, de las que aún conservo algunas piezas”.
Luisa Agüera Agüera en Obaya con manteles y tapetes de lino
Luisa también rememora como le contaba la abuela que entonces el lino se sembraba en primavera y se cosechaba en agosto. “Se arrancaban las plantas de lino y se hacían ramos que se ponían a secar al sol. Las llevaban al río, donde se metían de 8 a 10 días, pisándolo con piedras para evitar que la corriente se lo llevase. Después de secarlo de nuevo al sol, se agramaba y espadaba, con el fin de separar la fibra de la parte leñosa de la planta” explica Agüera. “Más tarde, se rastrillaba y cardaba para separar la estopa, la parte más basta, de la mediana y el cerru o cerra, que siempre era mucho más fino y de mejor calidad. El hilado siempre se hacía con la ayuda de la rueca y el fusu, haciendo cadexos para luego llevarlos a tejer”, recuerda ahora Luisa sobre como le contaba el proceso de preparación la abuela Catalina
Luisa Agüera Agüera con flores de lino en Obaya. A la derecha en la imagen se pueden ver más flores de Lino en el 'prau'
Con el sol de estos días, Luisa Agüera, ha vuelto a ver flores de lino silvestres en sus fincas de Obaya como, La Portiella o La Llanada del Pidal. “Me traen muy buenos recuerdos de mis antepasados y de las épocas en las que se aprovechaba el lino. Es una flor muy guapa, que la gente de ahora ya ni reconoce. Es una pena que su cultivo haya desaparecido en Villaviciosa”, dice esta maliayesa recordando su importancia, entre preciosas piezas textiles que conserva en su casa , y flores azules de lino que aún florecen en Obaya
Flores de lino en Obaya, Villaviciosa