Villaviciosa inauguró la exposición La ciudad Herida de Posada Casa de los Hevia Hasta el 6 marzo
La muestra podrá visitarse en la segunda planta de la Casa de los Hevia del 6 de febrero al 6 de marzo, de 11 a 14h. y de 16 a 19.30horas. Y la entrada es libre.
El centro cultural Casa de los Hevia, acogió ayer el acto de inauguración de la exposición “La Ciudad Herida”, del artista maliayés ya fallecido, José Luis Posada Medio. (Villaviciosa, Asturias, 1929 - San Antonio de los Baños, Cuba, 2002) La muestra podrá visitarse en la segunda planta del 6 de febrero al 6 de marzo, de 11 a 14h. y de 16 a 19.30horas. Y la entrada es libre. La muestra reúne por primera vez un conjunto de catorce obras, procedentes del prestigioso Centro Cultural Koldo Mitxelena de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Son el germen del último y ambicioso proyecto del pintor maliayés, (que pasó más de la mitad de su vida en Cuba) que estaba organizando la mencionada institución, cuando se produjo su fallecimiento. La exposición pudo verse en el Museo Evaristo Valle en Gijón hasta el pasado el mes de enero. Su instalación en Villaviciosa es fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Villaviciosa y la Fundación Museo Evaristo Valle.
El crítico de arte Francisco Zapico, de la Fundación Evaristo Valle, fue el encargado de presentar la muestra.. Se refirió a la trayectoria de Posada como "una vida de novela". Su familia tuvo que exiliarse a Francia cuando estalló la Guerra Civil española, cuando Posada tenía diez años. Y de ahí partieron para Cuba, donde tenían familia, donde pudieron rehacer su vida. El experto, recordó que Posada "solía decir que tenía un pie en la ría de Villaviciosa y otro en el río Ariguanago", de San Antonio de los Baños. Según expresó, "La ciudad herida", dedicada a su amada Habana, es "una reflexión sobre los ideales perdidos, la revolución que fracasó".
A la inauguración asistieron varios familiares del artista, y en representación de la familia, Gladys Posada expresó su agradecimiento y emoción por que la última obra de Posada pueda verse en su tierra natal. El Alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega Riego, agradeció “la colaboración de la Fundación Evaristo Valle, y de los amigos de Posada, como Pablo Maojo, a los que hay que agradecer que Villaviciosa pueda tener esta exposición”. Al acto asistió numeroso público, entre ellos varios concejales del Ayuntamiento, pintores y artistas y representantes de asociaciones culturales, del comercio y el turismo
La muestra podrá visitarse en la segunda planta de la Casa de los Hevia del 6 de febrero al 6 de marzo, de 11 a 14h. y de 16 a 19.30horas. Y la entrada es libre.
LA CIUDAD HERIDA
Colografías de José Luis Posada
Casa de los Hevia | Villaviciosa, del 6 de febrero al 6 de marzo de 2016
Francisco Zapico – Crítico de arte - LA CIUDAD HERIDA - COLOGRAFIAS - JOSE LUIS POSADA
Las catorce piezas que ahora se presentan en Villaviciosa pertenecen, según el orden cronológico, al último proyecto que acometió José Luis Posada Medio (Villaviciosa, Asturias, España, 1929 – San Antonio de Baños, Artemisa, Cuba, 2002). Siguiendo la más fácil y melancólica coherencia se ha hecho coincidir el título de esta exposición con el que hubiera llevado, por lo que sabemos, esa postrera tarea: La ciudad herida.
Para quienes ya tienen noticia de la trayectoria artística de Posada, diestra, plural e intensa, y también prodigiosamente fecunda, puede resultar muy extraño lo magro del conjunto que se exhibe; sin duda esperarían algo igualmente estricto pero mucho más vasto. La razón de tal frugalidad es sencilla, el azar o el destino lo quisieron así. El 25 de enero de 2002, recién llegado de su tierra natal, moría en su tierra adoptiva. La parca, que en ocasiones muestra cruelmente torpe y gradual, fue en este caso aviesamente certera y rauda al cortar el hilo vital, y por ende el creativo, de El Gallego Posada, que afrontaba entonces la etapa definitiva de lo que parecía que iba a ser una de sus más arduas y memorables aventuras gráficas. Para ello había sido decisiva la contribución de otra entrañable tierra, la vasca, medianil el decidido apoyo del prestigioso Koldo Mitxelena Kulturunea, a quien pertenecen estas obras expuestas.
A los espectadores no familiarizados con la figura de José Luis Posada quizá no les incomode recorrer un cortísimo perfil biográfico y caracterial de ese pintor, dibujante, grabador, ceramista, escenógrafo, diseñador, caricaturista y, sobre todo, humorista y poeta. La guerra civil le había conducido, junto con toda su familia, por los caminos del exilio, primero a Francia y luego a Cuba, donde se instalaron el 1940. Muchos años después, allá por 1991, volvió nuevamente a Asturias, por el medio una vida plana y densa. Dese entonces y hasta su muerte alternó estancias entre Llavares y La Habana. Observa el escritor Juan Sánchez, en ele catálogo de la exposición Top hat: Imperialismo y fascismo vistos por Posada, celebrada en 2004, que José Luis, al igual que muchos españoles firmemente arraigados en la más grande y maravillosa de las islas antillanas, no podía hacer un deslinde tajante acerca de dónde comenzaban y dónde terminaban los respectivos signos asturianos y cubanos de su personalidad. A esa confluencia cultural, -“si más de la mitad de los que somos es agua, la mía es tanto del río Ariguanabo como de la ría de Villaviciosa”, solía decir riendo siempre que se presentaba la ocasión – hay que agregar otras, igualmente importantes y singulares. Era lo que se dice un hombre de acción. Una persona comprometida y un “tremendo soñador”, en el sentido cubano del término, vehemente y contagioso. Siempre iba hasta los topes de plantes, de invenciones, de empresas… Es fácil deducir por lo dicho que no las acumulaba por distraída y curiosa cavilación sino por honesta y rigurosa obligación, la del que le echa a la vida toneladas de ilusión y de coraje, la del que busca hacer de este patético mundo un lugar más justo y habitable.
El mismo Juan Sánchez, en el delicioso artículo ya aludido, recoge una graciosa hipérbole que frecuentaba Posada: aseguraba que podía llenar con sus trabajos las pistas del Aeropuerto Internacional José Martí. Y, ciertamente se cifran en varios miles de obras que José Luis levantó entretejiendo infatigable y pacientemente, durante años y años, el trabajo del arte y el de la vida.
Afirmar que La ciudad herida compedia o sintetiza ese apabullante y colosal tesoro de grabados, dibujos, pinturas, estudios escenográficos, diseños de vestuario, proyectos de esculturas, imágenes para carteles, ilustraciones para libros, para revistas, para diarios…, sería incurrir en falacia estadística y en injusticia artística. Pero es innegable que, pese a su impecable unidad, esos paisajes sin figuras de La ciudad herida tiene aire de rapsodia y recogen muchos de los enigmas y de las certezas que rondó Posada. Tal amplitud de referencia permite tomarlos a la manera clásica, como puros estados del alma, como sublimación de instintos y sentimientos. O, también, de forma más prosaica, como escenas para una historia que no sería difícil de imaginar. Delirios surrealistas, crónicas realistas, esperanzados emblemas de renacimiento, crueles testimonios de ruina, imparta poco cómo descifrar esas imágenes que entreveran espacios y tiempos, magias y cotidianidades y que no esconden su condición de espléndidos artificios visuales.
Hasta el final quiso Posada aprender e investigar. Era un consumado litógrafo pero decidió realizar La ciudad herida mediante el procedimiento, menos conocido por él, del collagraph, término acuñado por Glen Alps, memorable pionero (al igual que Willian Hayter, Michel Ponce de León, Edmond Casarella, Clare Romano y John Ross). El collagraph o holografía es una técnica de grabado que se desarrolló a mitad de los años 50, cuando aparecieron los pegamentos acrílicos que permitían unir y sellar materiales con rapidez, y sobre todo con dureza y resistencia, sobre la plancha: cartón, tela, papel, metal, plástico o elementos orgánicos. Supuso un replanteamiento fundamental en la concepción técnica y estética de la obra gráfica, dado que es muy versátil (generalmente se aplica por método aditivo, aunque admite, al menos parcialmente, el sustractivo; también cabe emplear el proceso del relieve o el del hueco). En esencia consiste en elaborar una matriz a base de pegar sobre un soporte elementos que pueden ser entintados y estampados. Quien halla hecho un collage con un mínimo de relieve, e imagine que después lo entinta y estampa ya posee una idea del collagraph; solo ha de tener en cuenta que los materiales deben resistir dos cosas: la humedad y fricción del entintado y la presión de la estampación.
Y bien, disfrute hoy el visitante las liviana y deliciosas maravillas que estas diabluras finales de Posada acarrean. Él quería perpetuarlas en un libro que ya descreía, firmemente, de la memoria sensible. Otros piensan que ella es la más eficaz forma de resistencia ante el olvido. Rotunda, infinitamente previsor, ya tenía escrita la dedicatoria de esa publicación que, hoy lo sabemos, nunca saldría de la sombra, rezaba así: “Al gitano donostiarra Josema, enorme por mar y por tierra, y al capitán Bocanegra, grande del Urriellu”.
Francisco Zapico
Candás, setiembre y 2015
OBRE JOSÉ LUÍS POSADA, VILLAVICIOSA, 1929 – CUBA, 2002
Siguiendo los caminos del exilio se estableció en Cuba, junto a su familia, hacia 1940, redescubriendo lo que ya había encontrado a los 5 años de edad: su amor por el dibujo, recibiendo su primer premio por esta modalidad en 1942.
Su labor creadora es plural, fecunda e intensa como: caricaturista, pintor, muralista, grabador, dibujante, diseñador gráfico, ilustrador, ceramista y escenógrafo. Su actividad expositiva es muy amplia y se inicia en 1951, con muestras en Cuba, Suiza, Francia, Venezuela, Nueva York, Hamburgo, Dinamarca, México, Montreal, París, Santiago de Chile, Berlín, Polonia, Buenos Aires, Holanda, Japón, Copenhague, etc.
Entre otros muchos galardones recibió el Premio de Honor del Festival Internacional de Avignon, Francia, en 1975, y también el del Salón de Artes Plásticas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en 1985, en cuya capital dirigió el taller gráfico.
Numerosos museos y colecciones como el Museo de Bellas Artes de La Habana, Museo de Arte Moderno de París, Archivo Nacional de Francia, Museo Hermitage de la URSS, entre otros, incluyen su obra.