El cuaderno Cubera se convierte en un homenaje a Mino Cerezo Barredo. Fotos
Reacción _ Villaviciosa
Unas ochenta personas, la mayoría procedente de Cantabria y León, o incluso Madrid, acompañaron ayer en el Teatro Riera a Mino Cerezo Barredo con motivo de la presentación de la monografía que sobre su vida y su obra pictórica acaba de publicar la asociación Cubera.
Maximinio Cerezo nacía en Villaviciosa en 1932 y ha trabajado durante casi 40 años como misionero claretiano en Latinoamérica. Allí descubrió, como nos recordaba en su intervención, que la pintura podía ser una herramienta de trabajo importante en su labor pastoral y decidió aunar sus dos inquietudes en lugar de abandonar los colores como tenía rotundamente decidido.
En la actualidad, su obra es motivo de estudio en universidades, está presente en más de medio centenar de iglesias y catedrales por todo el mundo y sus ilustraciones son motivo recurrente en la difusión pastoral por todo el mundo.
Abría el acto el presidente de Cubera, que agradeció el cúmulo de circunstancias casuales que se fueron dando para que la figura de Cerezo Barredo pudiera protagonizar la monografía que llegará a todos sus socios durante las próximas semanas. Ángel Valle provechó para mostrar la primera obra que este villaviciosino que conservamos entre nosotros: el cartel de las Fiestas del Portal de 1949, y recordó como su hermano Gonzalo había recogido la obra de Mino en sus trabajos sobre los artistas villaviciosinos del siglo XX, una obra lejana en el espacio porque se encontraba mayoritariamente en América.
La producción más moderna de Cerezo Barredo tuvo también un lugar protagonista con la proyectos dedos breves audiovisuales con reproducciones de sus trabajos en la línea de la abstracción, en la que se mueve en esta última década.
Intervino también en el acto la autora de la monografía, Isolina Cueli, periodista también villaviciosina, que recordó sus temores iniciales para enfrentarse a este reto y la satisfacción interior que más tarde supuso el trato personal con el sacerdote claretiano que reside en Salamanca desde 2005.
Mino recordó, entre risas, esos primeros contactos. “Otra periodista”, recordaba haber pensado cuando Isolina solicitó una primera entrevista con él. “La cosa cambió enseguida”, añadió, para agradecer a continuación el trabajo realizado por la propia Isolina con el texto y por Ángel Valle en la composición del volumen, que recoge cerca de doscientas imágenes en sus 96 páginas.
EL programa inicialmente previsto se vería alterado con la intervención de Ernesto Bustio, que encabezaba un grupo de amigos procedentes del albergue jacobeo de Güemes (Cantabria). Allí trabajó Mino en 2012 dando forma a los murales que llenan la capilla del recinto y Ernesto, que le regaló un álbum fotográfico de aquella estancia, quiso hacer público el agradecimiento perpetuo hacia la persona de Mino y hacia su trabajo, que se ha convertido en atractivo singular para los peregrinos del Camino Norte de Santiago.
FOTO: El alcalde Alejandro Vega Riego y Mino Cerezo Barredo
Cerró el acto el alcalde de Villaviciosa, pues el Ayuntamiento participa del proyecto como coeditor, con la voluntad de multiplicar la difusión de la obra de este ilustre paisano nuestro. Tuvo palabras de agradecimiento y de recuerdo también, como el resto de intervinientes para Etelvino González, bajo cuya presidencia de Cubera nacía este proyecto cuyo desarrollo ha seguido paso a paso. Cerró el acto y el círculo que se abría con el cartel de 1949, pues le hizo entrega a Mino Cerezo de un cuadro con el cartel de la Cabalgata de Reyes 2018, cuya ilustración es obra suya. “Los Magos de Oriente” es un dibujo para Navidad que Cerezo firmó en 1967 y que se encuentra en el Teologado Claretiano de Salamanca. Cubera la había elegido para ilustrar el mes de enero de su calendario 2018.
FOTO: Alejandro Vega, Isolina Cueli, Cerezo Barredo y Angel Valle