A la hora de interpretar algunos monumentos, las pruebas visuales son tan claras que conviene ir directamente al grano. Estamos ante uno de esos casos, pues el Ayuntamiento villaviciosino es el mejor de los que se alzaron en la Asturias de la época. El diseño se debe al arquitecto Antonio Suardíaz (1868-1939), facultativo que partió de un proyecto debido a su colega Ignacio de Velasco, pergeñado a finales de la década de 1880.

Suardíaz estudia en la Escuela de Arquitectura de Madrid e inmediatamente se traslada a vivir a Gijón. Además de su trayectoria como creador de inmuebles, se dedicó a facetas industriales, fundando empresas como “Cervezas La Estrella” y “Vapores Suardíaz”.

En el concejo de Villaviciosa se alzan algunas de las mejores obras de este proyectista, como son las Escuelas Graduadas de la capital, el chalet de “Las Baragañas” o la escuela rural de Fuentes.

La Casa Consistorial de Villaviciosa es de estilo ecléctico y Suardíaz recibió el encargo para reformar el proyecto de Ignacio de Velasco en el año 1902, habiéndose rematado las obras en 1906