Un enfermero maliayo, entre los pocos británicos que reciben la segunda dosis de Pfizer
Pedro Valle lleva cinco años trabajando para el sistema de salud inglés y podrá celebrar su 28º cumpleaños con la inmunidad al virus de la COVID19 que teóricamente garantiza el segundo pinchazo de la vacuna alemana.
Es uno de los pocos británicos que ha completado el proceso, pues formaba parte del colectivo de sanitarios con prioridad que se vacunó ya en diciembre durante la primera semana del proceso que comenzaba allí el 8 de diciembre. Ahora les toca a ellos hacer frente a la primera gran ola de la pandemia que sacude a la región de Cornualles, muy beneficiada hasta estos días de su situación periférica.
A comienzos de enero Valle recibía la segunda dosis en la última jornada establecida para ello. Desde el día 3, las autoridades sanitarias del Reino Unido optaron por dedicar sus esfuerzos a extender lo más posible una primera dosis a toda la población retrasando la segunda hasta 12 semanas después de la primera, a pesar de las indicaciones de la farmacéutica de hacerlo a los 21 días.
Después de cuatro años en un gran hospital del centro de Inglaterra, Pedro Valle, lleva uno como supervisor del servicio de Hemoterapia en el hospital del condado de Cornualles, en el extremo suroeste de la isla. “Hasta ahora no habíamos notado en el hospital exceso de presión, pero desde esta segunda quincena de diciembre las cosas se están complicando mucho”, apunta el maliayés
Es una comarca aislada, con algo más de medio millón de habitantes, que estaba resistiendo con relativa fortuna las sucesivas olas de la pandemia en la isla. “Salimos bien parados de la primavera, con muy baja incidencia, y el temor a que la afluencia turística en el verano, sobre todo londinense, trajera el virus, no se cumplió. En esta nueva ola seguíamos bastante por debajo de la media del estado, pero desde la segunda semana de diciembre estamos en el momento más crítico de toda la pandemia. Ahora mismo hay un ritmo de contagios descontrolado y estos días la región ronda los 500 casos por 100.000; en menos de un mes hemos multiplicado por 10 los casos y los ingresos”, explica Valle
En su centro sanitario se ofreció de manera voluntaria la vacunación al personal, y empezaron a “pinchar” por las áreas de Oncología y de Emergencias; es en está última en la que el organigrama encaja al Laboratorio y la unidad de Transfusión de Pedro, que se integra en este último. “Había que rellenar un formulario online y nada que pensar. No sabía en qué momento me iba a tocar, pues fue más tarde cuando conocimos los criterios para establecer las prioridades”.
A lo largo del año han organizado su trabajo de modo que tanto el personal sanitario como el administrativo que forman el servicio de Hemoterapia se han ido llevando parte de su trabajo desde casa, sobre todo en marzo cuando todo se paró completamente. A pesar de la nueva crisis del momento, el nuevo confinamiento que viven está siendo más flexible con el sistema de salud. “Nuestro trabajo tiene buena parte de gestión y no somos personal de planta con trato diario con los pacientes, por lo que la opción del teletrabajo es más viable que en otros puestos del mismo hospital. En cualquier caso, yo estoy en un equipo de tres personas de las que siempre hay al menos dos en el hospital. Aunque todo esto puede cambiar en días en función de la presión asistencial que se viva en el centro sanitario”.
Fotografía de Pedro Valle delante del hospital del condado de Cornualles, Inglaterra.