Tazones (Villaviciosa) cerró ayer la temporada festiva estival con la tradicional celebración del ‘Día de Octubre’, una jornada dedicada a su patrono, San Miguel, y a la Virgen del Rosario. La festividad, que se celebra el primer domingo de octubre, recuerda con alegría el regreso de los marineros a puerto y mantiene vivo el espíritu de reencuentro familiar y marinero que caracteriza a esta localidad.

Cristina Carneado, vecina conocedora de las tradiciones de Tazones, destaca el valor de la fiesta: “Es un día muy entrañable para los tazoneros. La tradición dice que es un momento de reunión familiar, como siempre ha sido, y además se celebra en honor a San Miguel, patrono de la parroquia y de la Cofradía de Pescadores. Es nuestra última fiesta del año”.

Carneado recuerda que hasta los años 60, los pescadores locales se embarcaban en la costera del bonito para ahorrar y poder invertir en una lancha o una vivienda. “El regreso al puerto era motivo de alegría. Si la pesca había sido buena, las familias, muchas de ellas numerosas, podían afrontar mejor los duros inviernos. Era habitual que pescadores y familias se reunieran para dar gracias a la Virgen del Rosario y a San Miguel. Durante la novena se cantaba: ‘Marineros, queréis que la pesca abunde… cada día rezad el Rosario porque con María tendréis todo bien’”, explica. La festividad siempre ha contado con baile y orquesta, y se celebra fielmente el primer domingo de octubre.

Los actos comenzaron con la alborada a cargo de la Banda de Gaites Villaviciosa El Gaiteru. Al mediodía, la misa solemne fue cantada por el Coro Voces de Cimadevilla. Tras la ceremonia, se celebró la tradicional procesión hasta el puerto, con las imágenes de la Virgen del Rosario y San Miguel, y los ramos llevados por vecinos de todas las edades, orgullosos de lucir trajes marineros.

 La Banda de Gaites acompañó la procesión por el muelle, para concluir con un concierto en la plaza del puerto, seguido por numerosos vecinos y visitantes que disfrutaron de una espléndida mañana en la última fiesta del año en Tazones.

Fotografías gracias a Cristina Carneado