No son buenos tiempos de cerezas en Villaviciosa. Fotos
Vicente Alonso
El cambio climático parece ser la principal causa de que ya no haya cosechas de cerezas en los pueblos del concejo maliayés, donde cada año cae alarmantemente
“Las temperaturas son menos frías en invierno, y el cerezal, y todos los árboles necesitan frío o temperaturas bajo cero para que matar hongos y todo tipo de plagas. Por otro lado este invierno hubo escasas lluvias, y cambios bruscos de temperaturas, y esto hace que haya una floración más tardía del frutal”. Así explica Javier Fernández Sopeña, la escasa cosecha de cerezas que tiene en Rozáes, Villaviciosa. En el último mercado de la plaza de abastos de La Villa solo ponía a la venta poco más de 10 kilos, los únicos que se podían ver para vender. “Antiguamente en Trías, Rozáes donde tengo les cerezales, y una de las zonas qué produce más cerezas del concejo se cosechaban miles de kilos. En los últimos años si se recogen en cada casa, 20 ó 30 kilos ya son muchos”, afirma este cosechero y vendedor que lleva casi 20 años acudiendo al mercado villaviciosino
El cestu de cerezes de Trias en la plaza
De la misma opinión son otros vendedores de la plaza. Mercedes Costales y Mario Alvarez, de Candanal, “los efectos del clima se notan. Antes teníamos muches cerezes, ahora muy poques Este año solo trajimos para vender escasamente 20 kilos. La mayoría cuando estaban verdes comiéronles los cuervos y pegues”. Queti Crespo de Llavares, Amandi se manifestaba de forma parecida, “en los últimos años hay una g merma muy considerable de cerezas, no sé si será por el cambio del tiempo. Este año cuando estaban madurando las pocas que había se las comieron los pájaros. Después del consumo para casa, ya no había para vender”
A Javier le quitaron de las manos la escasa docena de kilos que vendió, a 2. 50 euros cada uno, y explicaba finalmente, “ahora ya no se plantan árboles, y muy pocos frutales. Como consecuencia hay una deficiente polinización, y los cerezales que hay tienen más de un siglo. Ya las habían plantado nuestros padres y abuelos”. Y reflexiona recordando un antiguo refrán sobre este cambio de climatología, “siempre se dijo que una buena nevada, vale más que una buena cuchada”, lamentándose sobre los cambios que últimamente está sufriendo el campo
Foto portada: Jaime Figaredo, Cándido Cambiella, Carolina Rodriguez y Javier Fernández
Jaime Figaredo, Cándido Cambiella, Carolina Rodriguez, Javier Fernández y Socorro Gallego