Mino Cerezo vuelve a Villaviciosa para quedarse
Redacción Villaviciosa
La misa mayor de este domingo sirvió para presentar a la comunidad parroquial de Villaviciosa la obra donada por el pintor misionero y muralista villaviciosino Mino Cerezo Barredo. Nacido en Villaviciosa en 1932, su trayectoria vital y artística cobraba nueva actualidad el pasado año con la edición del cuaderno número 29 de la asociación Amigos del Paisaje de Villaviciosa, Cubera, dedicado a su biografía y a su legado artístico y pastoral, fundamentalmente en Latinoamérica.
Tras la exposición de su obra más reciente en la muestra también organizada por la asociación Cubera el pasado mes de marzo, en colaboración con el Ayuntamiento de Villaviciosa, el autor muestra de este modo su agradecimiento para con el pueblo que le vio nacer. Sus paisanos respondieron con un afectuoso aplauso a las palabras del oficiante que al finalizar la ceremonia litúrgica explicó la excepcional presencia del lienzo ante el altar durante la misa, agradeció la generosidad del claretiano villaviciosino y se comprometió a buscar en las próximas fechas el mejor lugar para el disfrute de la obra por parte de feligreses y visitantes.
La obra donada por Cerezo Barredo se titula Anunciación en azul y es una pieza de 140 x 120 cm realizada a finales de 2018 con acrílicos sobre tela en dos bastidores unidos. En ella se reconocen los trazos característicos de la obra de Mino Cerezo, sobre todo su humanización del mensaje cristiano. Frente al gran fresco más clasicista de Paulino Vicente que preside el templo villaviciosino, el lienzo de Cerezo reproduce figuras más humanas, más cercanas, el pueblo, la calle.
El propio autor recuerda aún las imágenes grabadas en su memoria infantil de los trabajos que realizaba sobre un gigantesco andamio un pintor completamente desconocido para aquel niño que en 1940 andaba por los ocho años. Pasado el tiempo, su formación académica y teológica, y sobre todo su compromiso pastoral le han llevado a pintar sus propios murales por cerca de una veintena de países.
Cuando preparaba, durante el pasado otoño-invierno, los contenidos de la exposición de su obra pictórica más reciente, no dudó en hacerle un hueco, primero en el caballete y luego en las paredes de la Casa de los Hevia, a la Anunciación que le ha mantenido unido a su Villaviciosa natal, casi 80 años después de que Paulino Vicente terminara la suya.
Desde ahora esa Anunciación, y con ella buena parte del propio Mino, han vuelto para quedarse.
Foto portada
Mino Cerezo