La afición sobre ruedas de Ismael Miranda restaurador de motos clásicas en Quintes Villaviciosa
Ismael Miranda Rea a sus 75 años es seguramente el mayor experto maliayés en la restauración de motos antiguas. Mcánico jubilado, de Quintes, lleva más de 60 años dedicados a su pasión por las motos clásicas. Desde que se jubiló hace más de diez años emplea la mayor parte de su tiempo en restaurar viejos modelos abandonadas en su taller, o recuperándolas de chatarrerías y desguaces, para dejarlas como recién salidas de la fábrica. Ahora en el garaje de su casa, en el barrio de Cimadevilla, tiene casi una docena de piezas algunas dignas de museo.
“Tengo esta afición desde que en 1966 empecé a trabajar con mi padre Tomás Miranda “Lin”, en el taller familiar. No me acuerdo de memoria, pero habré reparado centenares de motos en mi vida. Siempre me gustaron las clásicas, y ahora jubilado mi debilidad es repararlas y restaurarlas para dejarlas igual de fieles a como estaban en su estado original”, explica este apasionado de las motocicletas que posee auténticas joyas de colección, algunas con más de medio siglo
Algunas vespas restauradas por Ismael Miranda
Entre las diferentes reliquias que atesora Miranda destacan una Guzzi Hispania 65 cc del año 1957, la más antigua que posee; la mítica MV Augusta 150 cc del año 1960; las históricas Vespas de las que tiene tres modelos, una 150 S del año 1961, otra 125 Súper del año 1974, y la 200 de 1984 que fue el primer modelo con intermitentes. Otras motos por los que siente especial debilidad y lucen impecables son de la marca Montesa, una Kenya del año 1979, otro modelo King Scorpion 250 de 1972, ; o una de sus preferidas, la Montesa Brio del año 1958.
Todas han sido restauradas por este amante motero con mucho trabajo y paciencia. “Las desmonto en su totalidad reparando motor y mecánica en general, la instalación eléctrica, los cromados y pulido. Antes las pintaba, pero ya no puedo por alergia a la pintura, tengo que enviarlas a Valencia, en Asturias ya no hay nadie que lo haga. Lo demás todo lo hago yo“. Y explica que lo más difícil es encontrar repuestos de piezas originales, “se han puesto muy caras, quien las tiene sabe que hay pocas y piden un dineral por ellas. Las consigo en internet, y voy a mercadillos. Me gusta dejarlas en perfecto estado y fieles a como eran antiguamente”
Una debilidad por las motos antiguas que también disfruta con el placer de conducirlas. “Los fines de semana salgo con amigos y hacemos excursiones por toda Asturias y hasta Santander. Hemos cogido muchas mojaduras y he tenido caídas contadas porque siempre vamos a una velocidad prudente”, y explica que todas cuentan con seguro, y todas las autorizaciones para circular
La colección de una Guzzi, montesas y vespas de Ismael Miranda
Las palabras de Ismael revelan su pasión por estas históricas reliquias para nostálgicos, “de las que cada vez quedan menos”, dice. Y asegura que aunque tiene de cómplice a su esposa, Isabel Fernández, “a veces dice que esta afición me cuesta mucho dinero, pero sabe valorar mi trabajo y lo que disfruto al devolverles la vida, esto también me mantiene ocupado y me da mucha vida a mí”, asegura orgulloso de su mayor hobby