FOTOS. ‘Mari la de Lecio’ cumple 25 años enseñando a confeccionar trajes regionales asturianos
Vicente Alonso
El traje regional asturiano es seguramente uno de los más bonitos y con más tradición de los trajes típicos españoles. La escuela taller de trajes regionales de Villaviciosa cumple 25 años confeccionando artesanalmente, puntada a puntada, cientos de trajes artesanales como el de Villaviciosa, llanisca, hombre o faena.
Exposicion trajes regionales en 2010 den Villaviciosa. A la derecha Tersa Cadrecha y Mariluz Fernández
Un taller fundado en 1.994 por tres vecinas maliayesas, Teresa Cadrecha, María Josefa Mieres, y Mariluz Fernández, quienes fueron las primeras maestras en enseñar en la escuela. “En 1954 bailamos la danza del Portal y teníamos trajes. Pero años más tarde como éramos más mayores ya no nos valían, y vimos que teníamos que hacernos unos nuevos para poder volver a bailarla, y así comenzamos”, explica Mariluz Fernández, conocida como ‘Mari la de Lecio’, que a sus 82 años, es la única que un cuarto de siglo después continua transmitiendo sus conocimientos en los cursos de esta escuela, que este año contó con más de 40 alumnas, que estos días navideños celebraban la efeméride.
Mariluz y alumnas en la celebración del 25 aniversario
“Ahora sigo yo sola, pero con el mismo entusiasmo del primer día de enseñar como hacer, coser y bordar el traje tradicional asturiano. Por el taller han pasado decenas de mujeres de la Villa, y hasta un hombre de Amandi”, apunta Mariluz. “Este año además hemos tenido alumnas de Infiesto, Gijón, Bimenes y Pola de Siero. Todos los años vienen mujeres nuevas, la mayoría de 50 a 60 años, pero hace poco tuvimos una alumna de 16”. Una labor altruista, la de Mariluz y esta escuela gratuita, que no recibe subvenciones, pero si cuentan con la colaboración del Colegio Público Maliayo, a los que se muestran muy agradecidas alumnas y profesora, porque les ceden un aula para impartir las clases.
Mariluz desfilando vestida de asturiano en unas fiestas del Portal
Esta Maestra Artesana explica que ahora le ayudan mucho con las clases las alumnas que ya llevan muchos años en la escuela. Aquí se enseñan a hacer todas las piezas de los trajes, falda, dengue, delantal, corpiño, blusa, pañuelo, faldón, medias y pololos. Mariluz recuerda que de esta escuela han salidos cientos de trajes. “Las alumnas vienen principalmente para hacerse el traje propio, o para regalárselo a una hija o nieta. Pero también para casarse con él, o hacer la primera comunión. Ha habido casos que se han confeccionado para regalar a Vírgenes, y hasta hay quien los han enviado a familiares de México. El que más se hace es el de Villaviciosa, y ahora se hace mucho el de llanisca”. Y aunque dice no saber calcular su coste por las muchas horas de trabajo que lleva que pueden llegar a un año, cree que hecho artesanalmente podrían llegar a costar más de 7.000 euros
Unos verdaderas obras de arte las de esta escuela taller, desde la que en estos años se han donado algunos trajes “hemos colaborado con la Cofradía Jesús Nazareno, y recientemente hemos regalado un traje a la Virgen del Portal para colaborar en la restauración de su altar. Para colaborar con la Asociación Raitana también les hemos entregado un dengue y un mandil”, explica esta enamorada del traje típico regional
Una actividad, la de esta escuela de la que Mariluz se siente orgullosa de colaborar para mantener esta tradición tan asturiana. “Ahora parece que vuelve a estar de moda vestirse con el traje regional. En las últimas fiestas del Portal se podían ver muchos niños, niñas, hombres y mujeres con él. Creo que a ello ha contribuido bastante nuestra escuela y taller”
Clausura del curso 2017 18
Una labor la de esta escuela que ha recibido ya varios reconocimientos, de FAAVVI, revista Llagar de Sobigañu, o la Asociación Rita Caveda, entre otros. Pero para Mariluz el mejor premio ha sido, “la satisfacción de dar clases de lo que más me gusta sin ser profesional. Esta es mayor afición de toda mi vida Mientras tenga salud y humor quiero seguir. Lo mejor han sido las muchas las amistades que tengo hechas en estos años, y lo feliz que me siento con compañeras y alumnas”, afirma poniendo su granito de arena en mantener viva esta tradición que quedará para próximas generaciones.