Fotos. El de Lilia José Olivar un jardín de cuento que cumple 25 años en Buslaz, Villaviciosa
Vicente Alonso
El artístico jardín de Lilia José Olivar de 88 años, cumple 25 años en Buslaz, Villaviciosa. Un lugar mágico que cuenta con más de una docena de esculturas ‘casi vivas’. Unas figuras hechas con la imaginación y manos creativas de esta aficionada al arte y la naturaleza, que tuvo que esperar a sus 65 años para desarrollar en este jardín maliayés la faceta artística que llevaba dentro
Lilia con la escultura recuerdo de su abuela
Cada escultura esconde la historia del personaje en el que se ha inspirado Lilia. “La ilusión de mi vida era crear este jardín. Cada figura tiene una historia detrás, algunas relacionadas con mi vida o con la de mi familia”. Destaca en el centro del jardín y sobre todas las demás obras, la dedicada a su madre Felisa y su hermano Angel, donde aparece de niña Lilia. “Representa a aquellas mujeres que antiguamente se quedaban solas, y solo tenían a sus hijos. Mi madre por ejemplo, tenía 22 años cuando murió mi padre Serafín que tenía 24. Las madres luchaban solas toda la vida, en aquellas épocas tan difíciles para sacar adelante a sus hijos”.
Unas obras que expresan la sensibilidad de la autora por la igualdad entre mujeres, las razas, la maternidad, o las tradiciones rurales asturianas. “A mí no me importa la raza de las personas, ni que sean blancos, negros o amarillos. Lo que me importa es que sean buenas personas y tengan buen corazón”, explica Lilia sobre otra obra que representa a una pareja de enamorados de diferente color.
Esculturas dedicadas a las razas
Las figuras casi a tamaño real, están hechas en piedra, cemento, arena, hierro y pintadas a mano por Lilia; y con la imaginación de esta aficionada también a pintar o escribir. Unas esculturas que se mezclan en este singular jardín, con cientos de coloridas flores, tulipanes, dalias, rosales, calas, hortensias, gladiolos, y algunas figuras de animales, otra de las pasiones de esta autodidacta artista
Presidiendo el jardín aparece otra escultura muy significativa para Lilia, la dedicada a su abuela Josefa Figaredo. “Tengo un recuerdo de mucho cariño hacia mi abuela que tuvo siete hijos, de los cuales cuatro se fueron a la Argentina. Le hice un recordatorio en la que se la ve mirando al horizonte esperando una carta de algún hijo o la llegada de alguno de ellos. Otra está dedicada al madreñeru, oficio al que se dedicaron algunos de mis antepasados, y que ahora está desapareciendo. Quería hacer un homenaje a este trabajo”, destaca Lilia sobre otras de las figuras que dan vida al jardín de esta creativa mujer
Vistas del jardín de Lilia
La faceta creativa y la ilusión de Lilia por este jardín ‘encantado’ sigue intacta, y a punto de cumplir los 90 años ya tiene pensada la próxima obra a realizar. “Ya la tengo en mente Se la quiero dedicar a mi tío Enrique que fue para mí como un padre. Había estado viviendo en Cuba y se vino cuando mi padre falleció. Yo estaba en camino a este mundo, y se hizo cargo de nosotros. Ya tengo pensado cómo va a ser, cómo era relojero la voy a hacer sentado con un reloj entre las manos”, explica recordando vivencias propias y de su familia, que le dejaron profunda huella
Lilia con la escultura frecuerdo al madreñeru
Un amor al arte y a la vida, el de Lilia, que queda reflejado en este jardín de cuento, para disfrute personal de su autora, familia, amigos y vecinos, que sorprende y embellece la aldea de Buslaz, en Villaviciosa
Escultura dedicada a la familia