ARTICULO OPINION - Heber Arenas Franco “Las grandes truchas y su importancia biológica”
Colaboración del villaviciosino: Heber Arenas Franco. Técnico en Trabajos Forestales y Conservación del Medio Natural. Técnico Superior en Organización y Gestión de los Recursos Naturales y Paisajísticos y miembro de la junta directiva de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial.
En algunas ocasiones se escuchan comentarios de personas que afirman que las grandes truchas son perjudiciales para su especie, etc. Este tipo de comentarios además de ser totalmente falsos, a veces ponen en peligro poblaciones de trucha por difundir estas ideologías entre algunas personas y pescadores.
Las grandes truchas son naturales de las poblaciones de trucha, podrán existir siempre que el río, embalse o lago tenga condiciones para albergar ejemplares de gran tamaño. Los condicionantes principales para que algunos ejemplares de trucha consigan alcanzar gran tamaño son: abundancia de alimento, caudal o volumen de agua suficiente y temperaturas adecuadas (entre 9-20 ºC, las truchas ganan volumen en menos tiempo y están mas activas). Muchas truchas grandes no son viejas, sino que con las condiciones adecuadas mencionadas anteriormente, adquieren gran tamaño en poco tiempo y son muy fértiles. En cautividad una trucha puede llegar a vivir un máximo de 14 años, mientras que en la naturaleza es muy raro que superen los 10-11 años, debido a la “dureza” de las condiciones naturales adversas.
En un río natural, la zona alta del mismo está ocupada por alevines y ejemplares de pequeño tamaño, la zona media del río está habitada por truchas de pequeño y mediano tamaño y en la zona baja del río habitan las grandes truchas, junto con truchas de mediano tamaño y pocas pequeñas, esto ocurre así de forma general en la gran mayoría de los ríos de Asturias. Los ejemplares se distribuyen en el río según su tamaño y necesidades biológicas, de manera totalmente organizada en beneficio de su propia especie.
Las truchas grandes tienen una dieta muy variada, se alimentan de una gran variedad de especies de insectos acuáticos, terrestres, anfibios, crustáceos, peces, pequeños mamíferos como ratones e incluso aves de pequeño tamaño, como polluelos de algunas aves acuáticas. También en algunas ocasiones se alimentan de alevines de su misma especie, pero las truchas medianas y las pequeñas, también se comen a otras truchas más pequeñas (como ocurre en la gran mayoría de las especies de peces). Esto es algo que lleva sucediendo millones de años y es natural, es lo que se llama selección natural. Como comenté anteriormente los ejemplares se distribuyen por el río según sus tamaños de manera que disminuya la competencia entre ellos y se alcance el mayor éxito posible para su propia especie.
En tramos de algunos ríos de Asturias desafortunadamente se encuentran especies exóticas invasoras (cangrejo americano, cachos, bogas) muy dañinas para las especies autóctonas, en estos casos las grandes truchas son capaces de especializarse en depredar individuos de estas especies exóticas y así poder controlar sus poblaciones en la medida de lo posible.
Las truchas grandes son los ejemplares más fuertes de una población truchera, capaces de resistir mejor las riadas, las enfermedades, los depredadores naturales, etc. El único depredador natural ocasional que tienen son las nutrias. También los humanos se convierten en depredadores de las grandes truchas y son los principales causantes del descenso alarmante, de estos grandes individuos y de la merma de la especie, por diversos motivos como la pesca extractiva, contaminación por vertidos, obras en el cauce de los ríos, introducción de especies exóticas, etc.
Cuando llegan las crecidas de los ríos en los meses de octubre y noviembre, las truchas remontan el río hasta las zonas altas para reproducirse posteriormente en el período comprendido desde finales de noviembre hasta febrero (depende del río, sus condiciones físicas y del año), cuando la temperatura del agua desciende por debajo de los 10-12ºC. Las grandes truchas durante el período de reproducción, dejan de alimentarse y son capaces de remontar más kilómetros del río, para llegar a las zonas de reproducción de las zonas altas de los ríos, debido a que tienen mayores reservas energéticas, que les proporcionan una mayor fortaleza.
Para la construcción de los nidos las hembras con potentes movimientos de su cola excavan en el lecho del río un hoyo, donde depositan posteriormente los huevos a la vez que el macho los fecunda. Posteriormente la hembra, cubre los huevos fecundados con una capa de piedras y grava para protegerlos, hasta que nazcan. Cuanto mas grande sea la hembra mayor será el nido, mas profundo y será capaz de mover piedras de mayor tamaño. Lo que proporciona una mayor protección a los huevos frente a las riadas invernales y depredadores.
Las truchas durante la reproducción depositan una media que varia de 900 a 3000 huevos por cada kilo de peso, este número de huevos/kilo varía entre las poblaciones de las diferentes cuencas fluviales, debido a factores naturales como el caudal del río, cantidad de alimento disponible, temperatura, etc.
Contra mayor sea la trucha, más cantidad de huevos produce y son de mayor diámetro, lo que dará lugar a alevines mas grandes y mas desarrollados, que competirán en mejores condiciones por los recursos existentes. En el caso de los machos, contra mayor sea el macho y mejor alimentado esté, mas esperma produce y de mejor calidad, pudiendo fecundar los huevos de mas hembras.
Los grandes ejemplares de trucha permanecen mas tiempo tras la freza vigilando e intentando proteger los nidos, hasta que pasado un período de tiempo que varía entre unos días o semanas, deciden regresar a las zonas bajas del río, en muchos casos al mismo sitio o pozo del río donde habitan el resto del año. Una vez allí las grandes truchas finalizan su prolongado ayuno y vuelven a alimentarse correctamente como el resto del año.
Para mejorar el estado de las poblaciones de trucha en Asturias es fundamental entender que estos grandes ejemplares son de vital importancia para las poblaciones de trucha. Se debe mejorar la calidad de las aguas todo lo posible evitando que existan vertidos contaminantes a las aguas, protegiendo los bosques de ribera, retirando residuos contaminantes (plásticos, metales, etc) de los cauces, evitar obras en los cauces que alteren los ecosistemas acuáticos, etc. Y nosotros los pescadores debemos realizar una pesca sostenible con el medio ambiente. Para ello la pesca sin muerte es una valiosa herramienta de gestión piscícola que se debe tener muy en cuenta, que nos permite disfrutar de nuestra afición favorita y a su vez conservar a las poblaciones trucheras. El futuro de la especie está ahora más que nunca en nuestras manos, salvemos a esta importante especie autóctona.
Las grandes truchas llevan existiendo desde hace millones de años y nunca fueron perjudiciales para su especie, sino todo lo contrario.
Colaboración del villaviciosino: Heber Arenas Franco.
- - Técnico en Trabajos Forestales y Conservación del Medio Natural.
- - Técnico Superior en Organización y Gestión de los Recursos Naturales y Paisajísticos.
- - Miembro de la junta directiva de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial.
EN LA IMAGEN DE PORTADA: Heber Arenas devolviendo a sus aguas a un magnífico ejemplar de trucha autóctona en el mes de abril.