LA RIA DE VILLAVICIOSA: UN ESTUARIO DE VALLE SUMERGIDO CON GRAN INFLUENCIA MAREAL
Aunque existen vestigios de poblamiento en el entorno de la Ría desde épocas prehistóricas, y ésta adquirió gran importancia como puerto comercial durante el siglo XIX, se trata de uno de los estuarios mejor conservados de la costa asturiana ya que no ha sido degradado por el desarrollo urbano e industrial.
Su historia geológica, se remonta a la última glaciación, en la que un descenso de la temperatura provocó la congelación de las aguas, y con ello, el descenso del nivel del mar. Los ríos que transcurrían por la zona, excavaron y profundizaron su cauce, modelando en su tramo final profundos valles, pero después dela retirada de los hielos, el mar recupero su nivel anterior, inundándolo todo, y dando lugar a este tipo de estuarios.
.... pero lo que si es un lujazo al alcance de todos, es poder disfrutar de los lances de pesca de una asidua visitante invernal de la ría de Villaviciosa: el águila pescadora.
EL AGUILA PESCADORA
El Águila Pescadora (Pandion haliaetus) es un depredador peculiar. En nuestra fauna europea hay pocos animales especializados en capturar peces vivos en vuelo y desde fuera del agua. Y más aún si consideramos que el tamaño de sus presas puede ser mediano o incluso grande, hasta alcanzar a veces los 1,2 kg (Cramp & Simmons 1980). Para conseguirlo, la Pescadora cuenta con algunas adaptaciones específicas como la configuración de sus patas, la forma de las garras, su tamaño, la coloración blanca en el pecho, abdomen y parte frontal de la cabeza. Puede también mantenerse cernida en pleno vuelo durante varios segundos, de modo que es capaz de localizar a sus presas.
Su método de captura es espectacular: sobrevuela los cursos de agua, lagunas, embalses o brazos de mar cerniéndose a cada tanto, para lanzarse seguidamente en picado.
Desde una altura de entre 5 y 40 metros, extiende las patas hacia adelante y las alas hacia atrás, mientras entra en el agua a gran velocidad. El impacto de su cuerpo, de entre 1.5 a 2 kg, con el agua debe ser considerable; el águila suele tardar unos minutos en rehacerse, mantenerse a flote, recuperar la maniobrabilidad de sus alas y, si ha tenido éxito, elevarse de nuevo con un pez entre las garras. Luego se desplaza hasta un árbol, roca o poste cercano donde lo manipula y lo come.
El águila pescadora selecciona sus presas en base al tamaño (entre 150 y 300 gramos) y a la accesibilidad (abundantes en aguas superficiales o poco profundas y en zonas más o menos abiertas). Por esos condicionantes, generalmente se trata de especies con escaso o nulo valor comercial. La selección concreta de especies varía en cada zona, según la disponibilidad local, las dificultades de acceder a las zonas de pesca y la época del año.
La supuesta conflictividad entre los recursos de pesca y la presencia de Águilas Pescadoras no se da en ningún territorio europeo (salvo algunas excepciones puramente locales), ni siquiera en aquellas zonas donde existe gran tradición de pesca deportiva y donde se ha instalado recientemente una población reproductora de la rapaz (como, por ejemplo, en el centro de Francia o en determinadas zonas de Alemania). Contribuye a ello el hecho de que la Pescadora está presente en baja densidad (son muy raras las agrupaciones de más de 3-4 individuos) y que los individuos se mueven regularmente entre distintas masas de agua para alimentarse.
Texto: Carles Carboneras.
Vídeo: David Dosil.
RESUMIENDO...
El 90% de los ataques no fallan: sólo algunas presas consiguen escaparse.
El águila pescadora, se pasa muchas horas en su posadero, volando de vez en cuando sobre el agua, tratando de localizar alguna presa.
Cuando divisa algún pez nadando cerca de la superficie, se lanza al agua de cabeza, con las patas estiradas hacia delante, y las alas plegadas a medias.
Momento antes de entrar en el agua, levanta las alas, y golpea el agua con las patas, produciendo grandes salpicaduras y espuma. Sumerge totalmente el cuerpo, dejando fuera los extremos de las alas.
Para remontar el vuelo, sujeta fuertemente el pez con una o las dos patas, e intenta elevarse con su pesada carga.
Cuando ya está volando, coloca la segunda pata sobre el pez, girando este para que la cabeza quede siempre en dirección de la marcha.
Nota de Villaviciosahermosa
Nuestro agradecimiento a Doriana Pando Menéndez por su información y colaboración
EL VIDEO
...y si todavía no te lo crees, pincha en el enlace inferior y acompaña a David Dosil en su paseo por la Ría.