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Falleció en Villaviciosa Maria Luisa Rodríguez Villar a los 108 años de edad
Maria Luisa había nacido en Amandi en 1901, mujer entrañable, humilde y luchadora, se casó con Arturo González en 1929, con el que tuvo tres hijos, José Luis, Conchita y Sergio, dedicando su vida a la familia y al trabajo.
En 1.988 recibió el homenaje del Ayuntamiento de Villaviciosa, promovido por Antonio Roble, hasta este año vivió en Villaviciosa y el último lo pasó en Oviedo acompañada y cuidada por sus hijos, donde falleció el jueves 14 de febrero, llegando hasta el último día en muy buen estado de salud.
El funeral por su eterno descanso se celebró en Villaviciosa el pasado sábado a las 12 del mediodía, acompañada de familiares, amigos y vecinos, que dieron el último adiós a la Abuela de Villaviciosa.
D.E.P.
ENTREVISTAS MALIAYAS DE ESTHER ALONSO Año 2.008
UNA VIDA DE 107 AÑOS, LA DE LA VILLAVICIOSINA MARÍA LUISA RORIGUEZ VILLAR, Y NOS LA CUENTA …cuando me casé en 1929 teníamos que vivir con 30 pesetes al mes….
Con un gesto triste y un poco preocupada me recibe Mª Luisa Rodríguez Villar en su casa de la Villa. Y ¿qué le preocupa a una mujer que el sábado día 30 cumplió 107 años?, se preguntaran, pues ni más ni menos que si les pasa algo a ellos (Conchita y Sergio, los dos hijos que la atienden) que va a ser de mi?...... como aviso yo?
-¿Cuándo nació y dónde Mª Luisa?
-El 30 de agosto de 1901, en les Baragañes, en Amandi, donde estoy bautizada. (responde no sin una pizca de orgullo)
-¿Y vivió siempre en la Villa?
-Yo fuí la primera de 6 hermanos, y cuando tenía 6 años me llevaron a Bárcena en Seloriu con mis abuelos, pues mi madre no podía con todos. Con 6 añinos mi madre me dejaba al cuidado de mis hermanos y claro yo era una neña. Me acuerdo que una vez cuando llegó y yo no sabía donde estaban los pequeños tanto me riñó y tanto me pegó que yo cogí y escapé por el camín alante a escondéme en un matu donde el llagar de Feliciana, allí lloré todo lo que quise. Salieron los vecinos a buscáme y mi madre muy preocupada.
Cuando empezó a oscurecer tuve miedo y salí caminando hacia casa, cuando llegué, mi madre no me mató de milagru.
-¿A qué jugaba de pequeña?
-Jugar pocu, había muchu que facer, no ye como ahora, pero fui a la escuela a Bárcena y a Seloriu, y a lo que todos los neños; al pio campo, a la piesca, al escondite……..
Cuando tenía 7 años vino un tío mío de Buenos Aires y me llevó a Covadonga en coche de caballos, con tía Amalia.
-¿Cómo recuerda la Villa en su infancia?
-Venía a traer fruta pa vender en la plaza y alguna gallina o huevos, que era lo poco que tenía mi madre, porque mi padre fue carreteru, iba hasta La Robla pero cuando éramos 4 hermanos marchó pa la Argentina, volvió dejó al 5º nacíu y a la 6ª encargada y volvió a marchar, dejándonos a cargo de los abuelos. Mi güelu tuvo 10 hijos, 6 varones y 4 hembras, los seis varones y una de las mujeres mandólos pa la Argentina y después llegó a tener un criau pa ayudálu, pues el tenía hacienda y vendía tela por los pueblos.
-¿Con que ñeños jugaba?
-Mira venía a aprender a coser a la Villa, andando desde Barcena con la maletita la comida y con 11 años lleváronme pa Gijón con tía Amalia y tíu Ramón donde terminé de aprender a coser.
Tenía que servir pa ellos y llevar a la mi prima al colegio, ellos vivían en la calle Ezcurdia y llevávala hasta el Sto. Ángel. Ella tenía 3 añucos menos que yo. Cuando volví pa Bárcena, lloca de contenta, ya empezaron a venir los primeros coches de línea, “los Astures”, y diba todos los días a buscar la leche a una aldea de Espina, pa mandáilo a mi tía a Gijón en la línea de les 8. Mis abuelos tenían un chigre que se llamaba “La Venta”, a la orilla de la carretera, funcionaba como posada. Me acuerdo que el primer coche que vimos pasar fue el de los de Valdés de la Farmacia del Ancho, me acuerdo de aquella bocina…..y cayóse en la cuneta y vino a buscar el burrru de mi güelu pa sacálu de la cuneta.
-¿Cuál cree usted ha sido el mejor invento en estos más de 100 años?
-Hay!! (suspira) la lavadora, ¡cuanto lavé en el río!, que me mandaba mi madre y había que metése en el río, que tenia mas de 1 Km. de agua pa buscar una “lavadera”, que era una piedra contra la que frotar la ropa, con un cuidado porque se te pegaben les sanguijueles. Tenís que frotar un pocu de jabón para que se despegaren y no te chuparen la sangre.
-¿Que volvería a dejar como entonces?
-Veo el mundo muy diferente, veo que la gente vive mejor, tol día de fiesta y de excursiones. No conozco esta moneda nueva y paezme que a la gente le gusta mucho vivir sin trabajar. No me gusta la tele, eso quitaría, no la oigo y no la entiendo, me molesta.
-¿Ye la gente ahora muy distinta de la de antes?
-Ahora no se piensa más que en gastar el dinero. Cuando yo me casé teníamos que vivir con 30 pesetes al mes, que era lo que el mi hombre ganaba en la cantera de Aveu. Casámonos en el 29 y en el 33 ya había aforrao 500 pts. Cuando se lo dije a mi suegru dijo que estaba muy orgullosu de mí. Pagábamos 6 pesetes al mes de renta en la calle Cavanilles y en el 44 ya pasamos a comprar un pisu en la calle Santa Clara.
-¿Cómo se cortejaba entonces, sin coches, sin móvil……..?
-Pues el trabajaba echando grava en la carretera y diva a veme en bicicleta, casámonos en 1929.
-¿Dónde se celebró el enlace?
-En la capilla de San Antonio de Barcena, por el mes de mayo, lo celebramos con un desayuno los padres y novios, y después Arturo y yo cogimos un taxi y fuimos hasta Ortiguero en Cabrales. Allí pasamos la noche y al día siguiente fuimos a Gijón.
-¿Algún conocido suyo, compañeros de escuela?
-Teresa la de Feliciano, que murió con 104 años. Vivió encima de la Época, era de Bárcena también. Tengo 3 primos en Cazanes, de 10 tíos, quedan ya pocos primos.
-¿Qué sintió durante el homenaje que recibió el sábado 30 de agosto en Villaviciosa?
-Mucho no lo pude apreciar, porque ya veo mal y tenía los ojos malos aquellos días. Me mareé un poco, recuerdo mejor lo que pasó hace 50 años que lo del sábado.
Y agradecida de que hayan tenido la amabilidad, tanto ella como sus dos hijos Conchita y Sergio González Rodríguez, de atenderme en su casa. Les dejo, pues el cansancio comienza a reflejarse en sus ojos. Otro día cuando les encuentre paseando por el parque de la Ballina, que tanto le gusta, le preguntaré que crema hidratante usa, pues no tiene ni una arruga!!!!