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La mañana amaneció soleada en Seloriu después de estar toda la semana pendientes del
cielo. Y es que después de casi un mes y medio de preparativos, el tiempo es un
factor muy importante para celebrar ésta fiesta, por toda la labor que llevan los
Ramos y por la gran descarga de voladores.
A las 12:15 de la mañana comenzaba el desfile de Ramos y lo abría el barrio de
Villar. Marcos Moriyón y Mª José Túñez, ‘mozos de ramu’, presentaban un cesto de
‘brimas’ con unas trabajadas flores hechas a mano con hojas de maíz.
El ramu de Santamera, con Alberto Martín y Ramón Pérez, como ‘mozos designados’,
llevaban los cuatro típicos palos, recubiertos de papel y con los panes. En el
centro del ramu iba una roca a la que se aferraba fuertemente un pulpo.
El tercero en entrar fue el de La Cai. El ramu con los mozos más jóvenes de éste
año, Julia Suárez y Nicolás Piñera. Representaba los cuatro palos, con papel picado
magistralmente y con una olla de las de antes de las que salía un pequeño árbol con
ramas recubiertas de purpurína de las que colgaban unos caramelos muy especiales.
Los portaban cuatro guapas mozas vestidas de asturianas.
De La Cai, también salió un ramu ofrecido por Emma Villar, que representaba un
precioso centro floral para Santolaya. Carmina Lozano y José Rodriguez fueron los ‘mozos’ de Bárzana. El ramu consistía también en los cuatro palos cubiertos de papel con los panes y en el centro, unos renos pastando placidamente en un verde prado ajenos al estruendo que causaban los voladores.
Olivar, éste año llevaba uno de esos ramos original y de mucha elaboración
artesanal, ya que era una camelia con flores y hojas hechas a mano una a una con
tela de saco. Los hermanos Rita y José Manuel Fernández fueron los ‘mozos de ramu’
de éste barrio.
Fabián Alonso y Daniel Díaz se decantaron por una elaborada maqueta de un acantilado
donde se encotraba el famoso Faro de Luces para representar al barrio de La Busta.
Otros dos hermanos fueron los mozos de El Terienzu. Jorge Villar y Fernando Villar,
llevaban una réplica de la panera que tienen en Misiegu y acompañada de otra de la
lancha, con la que sale a pescar su padre.
Espina presentaba a una ‘afanosa hilandera’, acompañada con un entrañable ‘gatin’
dormido en una cesta a sus pies. Eloy Campo y Rodrigo Naredo fueron los mozos de
ramu, iban vestidos tambien con trajes regionales que daban colorido y tradición a
la fiesta.
Los de Vega, Daniel Tomás y Vanesa Díaz, se inspiraron en una vieja leyenda del
pueblo, de la mitología asturiana y la quisieron representar en el ramu. ‘El Xan del
Zumpalain’. Delante de una cueva recubierta de musgo, se encontraba el Xan sentado,
bajo un árbol con una bonitas flores de tul.
Y ya por último entró el ramu de Castiellu, Marisol Lesmes y su nuera Irina Reznik
fueron las mozas de éste barrio.
Una mamá erizo junto a su cría al lado de unas ramas de maíz en las que parecía que
se querian resguardar de los numerosos curiosos que por alli había.
Al término del desfile y del tremendo ‘estruendo’ que ensordeció un año más el cielo
de Seloriu, tuvo lugar el Pregón ofrecido por el empresario y escritor Emilio
Serrano, quien destacó ‘la riqueza histórica de Villaviciosa y la belleza del
paisaje que rodea Seloriu, que invita con la gaita y la sidra a un descanso y a
apagar el motor de las prisas’. Emilio se sintió muy agradecido por ser el pregonero
de ésta fiesta.
A continuación, se ofició la Misa y como colofón final, tuvo lugar la procesión con
los once ramos custodiando a Santolaya.