Dolores Alvarez Costales cosecha casi 40 variedades de calabazas de diferentes países en Candanal
Las calabazas que cosecha Dolores en su huerta de Roces, en el valle de Peón y Candanal, Villaviciosa, han recibido numerosos premios
La calabaza es una hortaliza cada vez más apreciada como alimento muy saludable, repleta de vitaminas y minerales, y por ser baja en calorías. Y para Dolores es una de sus mayores aficiones comenzando hace más de 15 años su cultivo en el Valle de Peón y Candanal, Villaviciosa. “Empecé plantando variedades de aquí y después me fueron regalando semillas, y fui cultivando calabazas de países como Italia, Portugal, Japón, China, Asia o Bolivia”.
Dolores cosecha en sus tierras calabazas de todo tipo, unas comestibles y otras ornamentales, y variedades como entre otras, pattypan, cidra, de cabello de ángel, violín, provence, gernika, nápoles, peregrino, muscade, trombocino, goldmarie, todas ellas comestibles. Pero una de las calabazas que más le satisface ver crecer es la “Tios”, una de las variedades asturianas más antiguas que se conocen. También cosecha otras pequeñitas muy apreciadas como decorativas
En las fotos Dolores Alvarez Costales en su huerta de ‘Roces’, Candanal
“Es un cultivo que no requiere muchos cuidados, y me gusta porque nacen ejemplares espectaculares que llaman la atención por sus formas, tamaño y colorido. Las plantas también hibridan y a veces salen ejemplares muy curiosos y bonitos. Aunque este año no fue muy bueno de cosecha, no sé si por el tiempo loco que tenemos, algunas florecieron pero no dieron fruto”, apunta Dolores.
Para esta afición de la que Dolores se muestra orgullosa, cuenta con la colaboración de sus padres Mercedes Costales y Mario Alvarez. Sus calabazas han ganado varios premios en certámenes del Jardín Botánico de Gijón. Así en la categoría de raras y originales, ha ganado con calabazas en forma de cisne, de mano con dedos, o en forma de una gran culebra, que ganó el primer premio en el certamen del pasado año
Una buena muestra de todas estas calabazas también se pueden ver los miércoles, día de mercado en Villaviciosa, en el puesto al que Dolores acude con sus padres, Mercedes y Mario, y donde llaman la atención por su llamativo colorido y la originalidad de sus formas