En la foto los Urocordados en la Ría de Villaviciosa __ Junio 2012: Muchas veces es noticia la aparición de especimenes “raros” o poco frecuentes en nuestras aguas. Casi siempre son  pescados con formas extrañas que viven en las profundidades y que por diversas razones salen a la superficie, donde son capturados o ejemplares de tamaños descomunales  muy alejados de los que estamos acostumbrados a ver en las pescaderías.

En esta ocasión es noticia de la ría la aparición de unos pequeños organismos flotantes que se dejan llevar por las corrientes y que han llamado la curiosidad de muchos pescadores y navegantes en la costa próxima a Villaviciosa, aunque también se han detectado en otras partes del litoral asturiano.

Estos organismos pertenecen al reino animal, concretamente a una Clase llamada Urocordados. La  especie se llama Thalia democratica, y hacen su aparición, bien sueltos como unidades del tamaño de una moneda o formando enormes cadenas que pueden llegar a medir hasta decenas de kilómetros cuadrados.  

                                                                                                                                                     Vistos en la mano asemejan una masa gelatinosa y casi transparente donde puede apreciarse un pequeño nódulo en su interior. A pesar de este aspecto, no se pega en la piel de quien lo manipula ni produce ningún tipo de picor o reacción extraña, eso sí los que la han pisado estos días en las orillas de la playa comentaban que la sensación era más bien desagradable.

La semana pasada penetraron incluso durante varias mareas seguidas al interior de la Ría de Villaviciosa donde podían recogerse con truel en grandes cantidades.

Y como siempre hay gente que está al tanto de todo, no faltó el comentario que hizo un llastrín que se encontraba en El Puntal mirando como subían estos bichos por la canal: “Oye manín, ¿y estos bichos podrán comese?”.  Y es que razón no le falta al paisano ya que en algunos paises sí que se consumen algunas especies de Urocordados, considerados como marisco, aunque en el caso de nuestra Thalia democratica, manín del alma,  va a ser que no.