Pese a su origen prerrománico (S. IX), de cuyo estilo le quedan solamente restos, puede considerarse una realización románica. Fue remodelada en el siglo XII, ampliada con dos capillas en el XVII y dotada con cabildo y espadaña en el XVIII-XIX.
El edificio, de pequeñas dimensiones, está compuesto por una sola nave de planta rectangular y cubierta de madera que, a través de un arco de triunfo románico de dos roscas de medio punto apoyadas en dos pares de columnas con capiteles florales de ruda talla, comunica con una cabecera cuadrada que lleva bóveda de arista y se proyecta al exterior a mayor altura y con tejado a cuatro aguas.
Iluminan la nave tres pequeñas ventanas monolíticas de estilo prerrománico, todas con doble arquillo de herradura, emplazadas en la parte alta del paramento sur; otra, parecida a las anteriores, abierta en el flanco norte, y, en lo alto del muro de la fachada principal, una quinta, de mayor tamaño, remate en arco de medio punto y cierre mediante celosía con motivos vegetales de brillante ejecución. Los recursos decorativos empleados en todos estos vanos están emparentados con los de San Salvador de Valdediós.
En el lado norte de la cabecera se encuentra el sepulcro de Fernando de Montes Hevia, regidor de la ciudad de Oviedo, y su esposa, Antonia de Valdés Sorribas, como consta en una inscripción puesta sobre la sepultura del templo, con la adición, en el lado norte de la nave única, de otra lateral formada por dos capillas cubiertas con bóveda de arista y delimitada mediante arquería. San Andrés de Bedriñana tiene una portada muy sencilla, de arco de medio punto dovelado y recorrido, a modo de remate, por un guardapolvo (saliente).
La última actuación en el edificio fue en 2005. Obras de conservación y restauración, despojaron al monumento de cabildo y pórtico. Consiguiendo así que la iglesia se parezca más a la original.