Este miércoles el Café de Vicente vivió un "happening". Isabel Campo Viejo, amiga que usa el autor en sus novelas, desde Villaviciosa Hermosa, y en Las cloacas de la Historia y la intimidad del escritor Isabel Carlota Saloppe, enterneció.  Carlos Ortiz de Zárate reconoció que si no hubiera tenido una educación tan rígida se le habría escapado alguna lagrimita. Sí había mucha emoción; el café de Vicente traspiraba humanidad.

Isabel presentaba, sin embargo, a la ahijada de y tallada por la Palatina, intrigante cuñada de Luis XIV que descubrió su diamante en bruto cuando este estaba en el vientre materno. Los Saloppe, apellido que significa lo más abyecto, estaban  al servicio del poder y ocupaban un pabellón en el Palais Royal. Este recinto era en la época propiedad del duque de Orleans, esposo de la Palatina. Isabel Carlota fue educada con la obra de Teresa de Ávila, con el único objeto de escandalizar a un Versalles estigmatizado porque la primera favorita oficial del monarca había ingresado en la orden de carmelitas descalzas para purgar sus pecados. También porque el  tallado se hace para que Isabel Carlota defienda los intereses de los Orleans en la corte española y los Saloppe hacen su trabajo en la violación de la intimidad de los poderosos, por el "servicio"  que tiene acceso a la misma.

La emoción del autor se expresó en agradecimientos a tod@s los presentes y a algún@s ausentes; todas las mesas estaban ocupadas y no había sitio. "Gracias, amig@s "dijo y aclaró: "No es cierto que la escritura sea un acto solitario. Esta quinta presentación en el café de Vicente está repleta de complicidades". No pudo evitar que se adivinara una lagrimita, pero siguió, sereno, explicando el lazo entre los dos relatos, resumo en algunas frases "La historia es una cloaca que hace empalidecer de envidia a Sálvame; por tanto no tienen nada que temer los no amantes del género histórico. Hace muchos años yo era profesor en un colegio de ursulinas muy elitista de Arras, donde se crió y medró Roberspierre. Tenía una alumna apellidada Saloppe: así nacieron los Saloppe. Me vinieron a la mente cuando terminé ‘Esto es un infierno’, estaba trabado con la complejidad de Roberspierre, después de meses empecé, pero volví a quedarme trabado con el "Vivo sin vivir en mí"; en diciembre tuve una incidencia que me llevó a la medicina nuclear. En abril supe que de ésta no moriría y me fui a Medina Sidonia; encontré cobijo en el Duque y allí escribí "Siempre nos quedará Paris", volví a mi tierra de adopción y escribí "Las cloacas de la Guerra de Sucesión a la corona española". Este es el lazo; recuperar la humanidad que nos estamos dejando arrebatar. Estamos huérfanos de una cultura ciudadana y ahora la estamos haciendo aquí".

"No estamos solos", añadió cuando anunciaba que el próximo miércoles se va a "su casa y la de Julen en Medina Sidonia, el Duque.

FOTOS DEL ACTO LITERARIO

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VIDEO DEL ACTO LITERARIO

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