El sueño del filólogo maliayés Marcos Salazar, “Marcos S.L” es ser monologuista. Entrevista…
Entrevista muy personal a Marcos Salazar Lobato, donde además nos representa un monólogo, grabado en el Café Vicente, en el que se convierte en “Marcos S.L” y nos presenta a su guiñol Albertito. ¡No os lo perdáis!!
El villaviciosino Marcos Salazar Lobato (Marcos S. L. como le gusta que le llamen artísticamente) de 26 años se acaba de licenciar en Filología Inglesa por la Universidad de Oviedo y trabaja actualmente dando clases de inglés en una academia de la capital asturiana. Sin embargo, entre clase y clase, llena su ordenador de notas e ideas para monólogos y sketches. Este filólogo sueña con ser cómico.
PREGUNTA: ¿Cómo alguien que se licencia en filología inglesa decide hacerse cómico?
MARCOS S. L: Bueno, la verdad es que tampoco es algo nuevo. Me acuerdo de tener 11 ó 12 años y estar escondido por la noche viendo El Club de la Comedia, que mis padres no me dejaban ver – por horario, no por contenido – Creo que ahí me vino el gusanillo por el monólogo. Siempre me había gustado escribir, pero de alguna manera sentí que aquel estilo encajaba conmigo. Por otro lado estaba entrando en la adolescencia y estaba claro que tenía que cambiar los cuentos por algo y, si lo piensas, un monologuista es una especie de “cuentacuentos” para adultos.
PREGUNTA: ¿Y recuerdas tu primer monólogo?
MARCOS S. L.: Pues mi primer monólogo lo interpreté en el Teatro Riera con 13 añitos. Le tengo bastante cariño. Era una especie de “narración” de lo que veía entonces cuando acompañaba a mi madre al supermercado Vallines, fíjate si fue hace tiempo. Hay quien todavía me recuerda ese monólogo, que yo la verdad es que si te soy sincero no me acuerdo de mucho. Me acuerdo de que las cajeras estuvieron un tiempo mirándome mal, eso sí.
PREGUNTA: ¿Y eso?
MARCOS S. L: Hubo algún chiste que no sentó muy allá. Hablaba de cuando se ponían a hablar entre ellas y dejaban las colas desatendidas – material que por cierto podría seguir usando ahora perfectamente – y no les sentó muy bien.
PREGUNTA: ¿Cambió mucho de cómo escribías entonces a cómo escribes ahora?
MARCOS S. L: Pues mira, curiosamente aquel primer monólogo que hice tiene bastante que ver con el último que interpreté. También iba sobre el supermercado. Claro, ahí pude comparar, ver la evolución de mis monólogos, ver la evolución de mí mismo. Han pasado 13 años ya. La forma de ver las cosas cambian. Ya no soy yo el que va con la lista de la compra a comprar lo que quieren mis padres, ahora voy yo a hacer mi propia compra. La forma de mirar es la misma, pero las situaciones son distintas.
PREGUNTA: ¿Y qué forma de mirar es esa?
MARCOS S. L: Las historias están ahí, en el día a día. El trabajo es estar atento y darle forma de chiste. Algunas historias son un chiste de por sí, como los anuncios de la tele, que siempre empiezan en cuanto te sientas a cenar, que parece que te miran; y en otras te lo tienes que currar ya un poco más porque, claro… ten en cuenta que la comedia y el drama muchas veces van de la mano, ¿no? Y ahí el trabajo es separarlos.
PREGUNTA: Pero no te dedicas sólo a los monólogos…
MARCOS S. L: Me centro en ellos porque en lo que a puesta en escena se refiere es lo más sencillo de conseguir: con un público y un micro lo tienes todo listo. Y a veces ni siquiera necesitas el micro. Pero yo estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que tenga que ver con hacer reír a la gente: he hecho teatro amateur, he escrito una obra de teatro, Pelea de Niños, que estoy deseando ver representada algún día, he escrito y hecho sketches para YouTube , y por supuesto está mi gran amigo Albertito (Albertito es su guiñol), que ya lleva un año siendo parte de mi show.
PREGUNTA: ¿Cómo incluyes a Albertito en un show de monólogos?
MARCOS S. L: Bueno… es una idea que tiene defensores y detractores. Muchos tienen ya la idea preconcebida de que los guiñoles son para público únicamente infantil, y a esos es muy difícil bajarles de la burra. Sin embargo, si ves ahora los programas de los años 70 de Los Teleñecos hay chistes bastante más adultos que niños, sin llegar a ser soeces. Y ya no te digo Avenue Q que tratan temas como el sexo, el alcohol y el racismo… todo eso con muñequitos como este. La idea simplemente fue porque un día me llamaron para un espectáculo de una hora. Me avisaron con poco tiempo y no era capaz de encontrar material bueno para una actuación de una hora, porque yo no me presento ante el público con cualquier cosa. Siempre me quedaba en 50 minutos, así que decidí hacer 50 minutos de monólogo con 10 minutos de actuación de Albertito. El resultado gustó así que decidí que… bueno… hacemos buena pareja… ¡Artística, eh!
PREGUNTA: ¿Dónde sueles actuar?
MARCOS S. L: Donde me llamen. Pubs, bares, cenas de empresa… me da igual. No tengo tantas actuaciones como querría, y eso que intento anunciarme todo lo que puedo por Internet. Ahora mismo estoy buscando un agente, ya no sólo para que me consiga actuaciones, también para que me dé también algo de caña que también lo necesito. Para creerme que por fin estoy trabajando para hacer mi sueño realidad.
PREGUNTA: ¿Tú eres gracioso en la vida normal? ¿Eres el gracioso del grupo?
MARCOS S. L: Ufff… Albertito sí, Albertito es mucho más gracioso que yo, lo reconozco. ¡Liga que no veas el cabrón! No, en serio… ¿gracioso? Te decía antes que yo no presento cualquier cosa ante el público, lo preparo, lo leo en voz alta a ver cómo suena, lo recito, me miro al espejo a ver qué caras y que gestos hacen más gracia con la frase… lo preparo mucho, tengo cada gesto medidísimo. Eso en el día a día no lo puedo hacer, ni tengo guión ni me lo puedo preparar tanto… así que gracioso, gracioso no soy. Lo intento, pero me gana el personaje que hago en el escenario. Además hay cosas que puedes decir en un escenario como un chiste que si dices en la vida normal la gente, por lo que sea, te mira raro.
PREGUNTA: ¿Y a ti qué te hace reir?
MARCOS S.L: Los desgraciados como yo. A ver… dentro de unos límites claro. Suena cruel, pero es la verdad para la gran parte del mundo. Pero es que en el fondo hasta nuestras propias desgracias nos hacen reír. Todos tenemos alguna ocasión en la que lo hemos pasado fatal que nos acaban haciendo gracia después de un tiempo. Repito, el humor y el drama muchas veces van de la mano.
PREGUNTA: ¿Tienes algún referente en el mundo del humor?
MARCOS S. L: Pues unos cuantos. Ahora mismo como monologuista tengo uno claro: Jerry Seinfeld. No le conoce mucha gente, es un monologuista estadounidense que con 35 años ya había ganado suficientes perres como para no volver a trabajar en su vida y, aún así, el tío a sus 60 añazos sigue haciendo monólogos en los mismos clubes que cuando tenía mi edad. Eso es amor por los monólogos. Luego en España me fascina Florentino Fernández, que es un señor sin ningún tipo de preparación artística, como yo, y aún así con un talento natural para manejar el tempo del humor envidiable. Me pasa tres cuartos de lo mismo con Joaquín Pajarón, por cierto. Y como titiritero, sin duda, Jim Henson. Ya no sólo como titiritero, creo que sus muñecos son los mejores profesores de arte dramático que he tenido nunca. Muchos de los gestos que practico para los monólogos vienen de estos muñecos.
PREGUNTA: ¿Y dentro del amplio abanico que supone ser cómico, en qué te gustaría descatar?
MARCOS S. L: Soy un culo inquieto. Cuando veo un cómico en la tele pienso “me gustaría estar ahí”, cuando lo veo en el teatro pienso “me gustaría estar ahí”, cuando lo escucho en la radio, que es un medio precioso para el humor, aunque esté ahí como tapado, pienso lo mismo también. Mi mayor ilusión ahora mismo es vivir de algo que me apasione, y en mi caso me apasiona hacer felices a los demás. La felicidad de la vida se puede medir de dos únicas formas: en risas y en orgasmos. Lo segundo es más complicado conseguirlo a gran escala, es una pena, así que mejor optar por lo primero. El formato me da igual, siempre que me sienta a gusto y la gente disfrute con lo que hago.
PREGUNTA: Para terminar, ¿la gente te apoya en lo que a ser cómico te refiere?
MARCOS S.L.: Ostras… me va a pasar como a Almodovar, me vas a tener que parar. Hay tanta gente a la que darle las gracias por no decirme “quítate los pájaros de la cabeza, anda”… Primero mis padres, Carmen y Fran. Mi madre no sólo no me ha dicho que me centre, sino que es sufridora de primera línea. Todo lo que escribo le voy a ella a pedirle que lo lea y que me escuche releerlo de diferentes maneras a ver cuál le hace más gracia. Es una santa, no sé cómo me aguanta. Socorro Gallego, por otro lado, siempre tiene que estar ahí en mis agradecimientos, siempre vio algo especial en mí, y eso nunca se lo agradeceré lo suficiente. Luego está Adolfo Sánchez, que me ha ayudado a conseguir contactillos, y además me ayudó en un momento de ánimo muy delicado. Luego la gente de Comarca Joven me han dado y me siguen dando un apoyo y unas oportunidades geniales para crecer ya no sólo como cómico sino también como persona. ¡Ah! Y no puedo dejar de nombrar a mis amigos. No voy a decir nombres, porque no sé si les hará gracia que lo diga, pero ellos sabrán quienes son. Son responsables casi directos de mi material. Les aludo claramente en los monólogos, a una hasta la imito y todo, y lejos de enfadarse fueron los que más me aplaudieron. Incluso accedieron a hacerse un selfie conmigo para el facebook de Marcos S. L. Guardo esas fotos con mucho cariño porque para mí representan amistad, apoyo y buen humor. Estoy muy agradecido por los amigos que tengo.
Muchas gracias Marcos por esta entrevista. Te deseamos la mayor suerte, y que tus sueños se cumplan. A nosotros ya nos has conquistado
EN EL VIDEO INFERIOR VEIS EL MONOLOGO DE MARCOS S.L. EN LA PARTE FINAL NOS PRESENTA A SU GUIÑOL ALBERTITO
MARCOS S.L.
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Teléfono contacto: 635 39 51 12
VILLAVICIOSA
PDO. DE ASTURIAS
EN EL VIDEO INFERIOR VEIS EL MONOLOGO DE MARCOS S.L. EN LA PARTE FINAL NOS PRESENTA A SU GUIÑOL ALBERTITO