El pintor villaviciosino Guillermo Simón inaugura mañana la exposición “Las Flores del agua”
“Las Flores del agua”, se podrá ver del 16 de marzo al 30 de abril, en una exposición monográfica en la Galería Gema Llamazares en Gijón (C/ Instituto, 23 – Gijón). El autor apunta sobre la exposición, “Se presentan dos series: metáfloras y los pétalos del náufrago…”
Guillermo Simón, (Villaviciosa, 1968) se licenció en 1991 en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, ampliando después sus estudios en la Ecole Nationale Superieure des Beaux Arts de Paris. Simón tiene en su haber más de 20 exposiciones individuales y más de cien colectivas, tanto a nivel nacional como internacional. Además ha sido ganador de numerosos premios nacionales de pintura.
El autor explica para www.villaviciosahermosa.com sobre la exposición “Las Flores del agua”, “se presentan dos series: metáfloras y los pétalos del náufrago, bajo el nombre genérico de las flores del agua. En esta serie hay un mayor simbolismo sobre la fragilidad y la fugacidad de la belleza y de la vida, como antes había en la ola que se deshacía en la mar. Se va a ver sobre todo pintura. Explorar la belleza de la pintura misma centrándose en el detalle”.
Y añade el autor, “Quiero aprovechar la capacidad de evocación de lo real para impulsar emoción, o la sensibilidad haciendo que los materiales hablen por medio de lo que conocemos”
LAS FLORES DEL AGUA – GUILLERMO SIMON
EL ALMA SIMBOLISTA EN EL LENGUAJE DE LA ABSTRACCIÓN CREADORA
Rubén Suárez
El carácter romántico-simbolista ha estado siempre latente en la creación plástica de Guillermo Simón, y sobre esa subyacente premisa su pintura ha ido avanzando hacia el lenguaje de la abstracción creadora, aunque como ya comenté con motivo de su última exposición, “Geografías del mar” en la Fundación José Cardín, sin perder nunca hasta ahora la referencia objetiva. En aquella exposición, que estaba protagonizada por el mar como lo había estado siempre su obra, el artista enfatizaba, sobre la permanente condición romántica, el gesto expresionista, para describir la naturaleza desenfrenada de los rompientes oleajes de un mar embravecido.
Ahora, Guillermo Simón realiza un giro tan arriesgado como artísticamente estimulante en su pintura, no solo en el tema sino en su tratamiento, sin que eso signifique cambio alguno en su reconocible estilo: ha llevado la pintura a aguas más tranquilas, estancadas porque el estanque es el lugar en el que viven, flotantes y hermosas, las flores del agua. Y, claro, el pintor debe abandonar para ello el gesto de la pintura de acción, que en algunos aspectos hacía recordar a Pollock, para ensimismarse, con una poética artística intensamente subjetiva, en la evocación de sensaciones y emociones que el motivo le produce, y hacerlo creando un hermoso tejido plástico cuyas formas y colores, estando cercanos a la abstracción, son inequívocamente simbolistas. No debemos olvidar que fueron precisamente los simbolistas, antes y más que impresionistas y postimpresionistas, los que con sus grandes áreas de color sobre superficies planas prepararon el camino a la abstracción lírica. Pienso que si Redon o Gauguin pintaran hoy, pintarían estas flores de parecida manera.
Cuando en la imaginación y la fantasía pictórica de Guillermo Simón tomaron cuerpo las flores del agua, flores solitarias y de melancólico romanticismo - nadie olvida un cuadro de culto como el “Ofelia” del prerrafaelista John Everett Millais- le llegó el inevitable recuerdo del último Monet, cuando también tenía alma simbolista, y pintaba para el futuro. Sobre eso el tratadista, crítico y profesor de arte Louis Finkelstein, escribió cuando ya había comenzado la revisión crítica del maestro: “No hace muchos años, Monet se consideraba cosa muerta para la mayoría de los pintores abstractos. Y sin embargo ahora esas delicadas “Nympheas” son consideradas por todo el mundo como recién salidas de un estudio neoyorquino”. Tal podrían parecer los cuadros de esta exposición.
Las flores de Guillermo Simón no son nenúfares sino violetas, también llamadas pensamientos o viola tricolor, pero lo que le da a su pintura esa apariencia de modernidad a la que Finkelstein aludía, a propósito de las intuiciones de Monet, es ese lenguaje de la abstracción creadora al que al principio me refería y que tiene más que ver con la neoabstracción que con la abstracción clásica, formalista o de sublimidad autorreferente. Abstracción redefinida, adjetivada, en la que el motivo puede permanecer y el lenguaje tiende al eclecticismo y la fusión.
Esta pintura responde plenamente a una de las mejores y más sencillas definiciones del arte a lo largo de la historia, el cezanniano “la naturaleza vista a través de un temperamento”. A partir de ahí Guillermo Simón concibe su nueva obra de otra manera en cuanto al carácter plano que anula la espacialidad, la configuración del espacio propiamente pictórico y la función del color, ganando en complejidad y riqueza semántica. Las formas aumentan en intensidad y sugestión plástica cuanto más se alejan de la representación literal del motivo, las funciones del dibujo y del color se independizan y triunfa gloriosamente el color cuando desborda los límites de la forma extendiéndose en áreas de fusión cromática, hermoso tejido multicolor, móvil, traslúcido, acuoso. Flores o formas abstractas coloreadas, como modernas superficies matissianas, flotando en el imaginario espacio pictórico. Un muy bello espectáculo de pintura en el que cada trozo de un cuadro puede ser motivo de emoción plástica por sí solo.
BOTÁNICA PARA NÁUFRAGOS
Cesar Iglesias
El agua no atraviesa sino una antigua edad aún fugitiva
Álvaro Valverde
Residir en las geografías del agua es la condición que asumió Guillermo Simón (Villaviciosa, Asturias, 1968) cuando se plantó ante los pliegos y las telas en blanco. No hubo impostura: su hábitat personal, familiar y natural está en los lientos dominios del litoral cantábrico. Poblador de los márgenes de la ría de Villaviciosa, el artista ha sabido convertir el privilegio de morar en un territorio tiranizado por la belleza y sus múltiples manifestaciones físicas en una forma de estar en el mundo: sentirlo, mirarlo, verlo, descifrarlo... pintarlo.
Guillermo Simón se acostumbró a navegar por las aguas violentas, las de esos océanos norteños con las crines blancas y bravas que recorrieron sus antepasados; también conoció las aguas del sosiego que buscan su refugio en la ría de su tierra natal, en los meandros de los puertos o en las oquedades de los estuarios. Lugares donde el sosiego da una tregua a la tempestad. Ante sus cuadros se convierte en exigencia recordar dos versos de John Keats, casi a modo de rezo panteísta: “los que tenéis los ojos cansados, doloridos, regalaos la mirada con la amplitud del mar”.
La materia acuática está en la paleta de Guillermo Simón, que pronto reconoció “en la sustancia del agua, un tipo de intimidad, una intimidad muy diferente de las sugeridas por las profundidades del fuego o de la piedra” (3), como bien dijo Gaston Bachelard. Un entendimiento que ha proporcionado una identidad a su obra y, a la vez, se ha convertido en una forma de comprender el mundo. Y no es el suyo el del paisajista de lente microscópica, ocupado en la reproducción de los detalles, en la traslación de una mirada. El paisaje está en la genética del artista: su infancia en los puertos de Tazones y de Llastres le permitió retener e interiorizar un espacio de sensac iones y de emociones que dice mucho más que el trazo arrebatado o la académica composición del lienzo.
No se trata de la mera labor de un cartógrafo. Su actitud es bien distinta: Guillermo Simón procede de una poética que lo emparenta sin atajos con el romanticismo, el impresionismo, el simbolismo y la abstracción expresionista, que lo hace heredero de Turner, Friedrich, Constable, Millais, Monet, Rothko y Pollock, a la vez que se inscribe en la herencia de Keats, Shilley, Hölderlin, Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud. Más allá de los materiales utilizados en la creación, se imponen en su obra la herencia de una sentimentalidad que persigue aquel “matrimonio del cielo y del infierno” del que nos habló William Blake, otro de los arrebatados.
Son muchas las aguas que separan la ría de Villaviciosa y Giverny, donde el Sena alimenta cerca de la desembocadura sus jardines somnolientos. Pero también muchas son las corrientes que unen las geografías de Asturias y las de Normandía: un mismo horizonte de verdes y manzanos, una similar luz dominada por las nieblas y un azul oceánico gemelo. Fue álvaro Cunqueiro quien apuntó que “no hay más hermosos caminos que los de la mar, que los caminos que saben los salmones y las goletas de antaño”. Esos mismos senderos, los que discurren bajo el bruar de los mares septentrionales y que el señor Merlín frecuentó para conocer las tierras del norte peninsular, las de la fachada atlántica francesa y las de las islas británicas, los ha recorrido Guillermo Simón también para atisbar el fulgor que William Turner halló en las aguas violentas y profundas de tantos naufragios o las que Claude Monet encontró en las aguas quietas y brumosas donde reposan tantas Ofelias muertas y todos los nenúfares.
En esos caminos ácueos, Guillermo Simón también dio con aquellos locos visionarios del expresionismo abstracto. Jackson Pollock, Franz Kline, Willem de Kooning, Mark Rothko, Robert Motherwell. Elena Vieira da Silva, Philip Guston, Lee Krasner. Barnett Newman, Joan Mitchell, Gerhard Richter, Esteban Vicente o Zao Wou-Ki son algunos de esos nombres que en el Nueva York de la fiebre creativa de mediados del siglo pasado iniciaron un diálogo promiscuo con los románticos y, especialmente, con el viejo y barbudo Monet que pintó sin descanso, entre 1895 y 1926, Le Clos Normand y el Estanque Japonés, las dos almas de su jardín de Giverny. De las infinitas variaciones que Monet realizó de las flores del agua, especialmente de los nenúfares, surgió una manera de entender la creación artística que ha blindado la búsqueda de lo sublime-personal, como hicieron los grandes clásicos, sin expulsar los rasgos del tiempo que les tocó vivir, es decir, lo efímero, lo fugaz y lo contingente.
La comunión con los maestros -Turner, Monet, el Expresionismo Abstracto o Anselm Kiefer- implica un nivel de exigencia no exento de riesgos. Tal vez sea la genética marinera la que ha hecho de Guillermo Simón un capitán de altura frente a las tempestades artísticas para encarar retos que le alejasen de ciertos manierismos y conceptualismos enfermizos. Esa asunción del peligro creativo le ha llevado a construir una obra en la que la naturaleza, en esta ocasión las plantas acuáticas, trasciende la representación para desplegar sensaciones y emociones que el artista actualiza con un lenguaje generador de una nueva realidad, en el que conviven otras tradiciones pictóricas y literarias con un mundo singular y anegado de lirismo.
La serie Las flores del agua implica otra escala más en la navegación de cabotaje que Guillermo Simón inició en la mitad de la década de los ochenta del siglo pasado. Hizo oídos sordos a los cantos de sirena de las frivolidades artísticas de aquellos años y optó por el riesgo, por la construcción de una obra exigente consigo mismo, pero también con el espectador. No son fáciles sus cuadros: ni por la materialidad de su pintura, ni por la temática elegida ni, mucho menos, por las connotaciones que generan. Es una obra que obliga a pensar y, sobre todo, que da qué pensar, que exige al observador diseccionar múltiples matices, tanto artísticos, como poéticos y geográficos.
Y lo consigue con la belleza arrebatada de esta muestra de botánica para náufragos, en la que la plurisignificación está ya en la misma elección del título. Para un artista atlántico, en particular para uno asturiano, la flor del agua tiene unos atributos que trascienden la mera semántica. Su representación en los restos peleocristianos, en las edificaciones prerrománicas y en la arquitectura urbana y rural, especialmente en hórreos y paneras, pervive aún. Su valor simbólico era un escudo frente a todos los males del porvenir. También permanece en el imaginario colectivo el rito de “llavase con la flor d’ agua”, una tradición que auguraba buena fortuna y mejores amores a quienes tras la noche de San Juan se revolcaban en el primer roció del amanecer y cortejaban a “les xanes”.
Como leal cartógrafo del alma acuática y sus emociones, el hábitat natural nativo es una constante en la obra de Guillermo Simón. Pero nunca se ha visto aquejado por ninguna de las patologías particularistas. Desde su elegido esquinamiento vital, el artista ha sabido trascender un entorno natural para crear otra realidad dotada de una singular fortaleza semántica que obliga a realizar una lectura que supera los límites la comarca sentimental.
Es por ello que estas plantas acuáticas nos dicen mucho más que cualquier interpretación atávica. Esas flores verdes, violetas, rojas, azules... que pueblan las últimas creaciones de Guillermo Simón están dotadas de múltiples connotaciones. Si los pétalos de los náufragos -como con acierto titula varios de los cuadros- están en la tradición marinera, con la dispersión de flores el Día del Carmen en recuerdo de los que conocen la muerte húmeda, no lejos le quedan los latidos de la poética que traza las complejidades del alma. Cuando se mira la obra de Simón palpita en ella los versos finales de ‘L’Infinito’ de Giacomo Leopardi:
“… Così tra questa immensità s’annega il pensier mio: e il naufragar m’è dolce in questo mare”
También otras latitudes creativas se hacen presentes en este tratado de botánica pictórica que Guillermo Simón ha diseñado desde su taller de Tornón, mirando la ría de Villaviciosa, donde las aguas buscan la melancolía de los meandros y de las orillas, donde desfallece con sus lágrimas la vegetación de robles, castaños y sauces. La muerte de Ofelia y el cuadro de John Everett Millais dedicado al mito no son ajenas a la contemplación de estas flores de agua simonianas, con su belleza marchita de fúnebre humedad en las que están también las palabras de Arthur Rimbaud:
“Ô pâle Ophélia ! belle comme la neige ! Oui tu mourus, enfant, par un fleuve emporté ! ”
Si la estirpe romántica artística y literaria se perpetúa y actualiza en la obra pictórica de Simón, también laten con fuerza otras herencias, como muestran los versos de la “Ophélie” rimbaudiana. No en vano la admiración por Cézanne, el postimpresionismo y Monet en particular, atravesada por las lecturas que los expresionistas abstractos realizaron de este periodo, deviene en la visión que del mundo y de su mundo traslada a las superficies en las que pinta. No es su obra ajena a la concepción de la creatividad artística que arranca con Stéphane Mallarmé a mediados del siglo XIX, que continúa con Verlaine, Baudelaire, Rimbaud y Laforgue, y que en el XX se manifiesta en la escritura de T.S Eliot, Wallace Stevens, William Carlos Williams, Yves Bonnefoy, John Ashbery, García Lorca, Luis Cernuda y Antonio Gamoneda.
Mallarmé inicia ‘La siesta del fauno’ con un verso,“Ces nymphes, je les veux perpetuer” que parece escrito para acompañar con su lectura a Monet por sus paseos de Giverny durante los últimos treinta años de su vida. Les nymphes mallarmianas están sintácticamente tan próximas a les nympheas (nenúfares) monetianas que su alianza estética otorga una singular trascendencia a la visión creativa que ambos artistas dejaron para la posteridad. ¿No residen también en ese mismo espacio poético y emocional les xanes de la tierra de Guillermo Simón y sus flores de agua del amanecer tras la noche de San Juan?
Como habitante de un mundo y de un tiempo en el que la fragilidad, la fugacidad y la caducidad determinan las cadencias cotidianas de los hombres y mujeres de este principio del nuevo milenio, Simón ha sabido trasladar estas pulsiones contemporáneas a sus lienzos y óleos, no sólo por el trasunto temático, también por la ejecución. La condición ácuea impregna todos sus pinceles: los trazos tienen los atributos de la fluidez y los colores manan, discurren, se filtran y derraman. Una técnica que parece diseñada por Zygmunt Bauman y su descripción de las relaciones líquidas de estos tiempos fugaces, superficiales y etéreos que han expulsado la solidez y la calidez de nuestras vidas.
Guillermo Simón sigue navegando por los mares de “lo bello y lo terrible” en su obsesión por retener los instantes, por atrapar la belleza marchita, como forma de prestar testimonio por la vieja inquietud del ser humano frente a la caducidad y la trascendencia, cara a los abismos de lo perecedero y las preguntas sin respuestas. Sus flores del agua son la ofrenda, la hermosa ofrenda, ante los túmulos de nuestras tragedias contemporáneas.
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BLAKE, William, Matrimonio del cielo y el infierno / Los cantos de inocencia / Los cantos de experiencia. Visor, Madrid, 1983. (Traducción de Soledad Capurro).
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LEOPARDI, Giacomo, Poesía y prosa. Alfaguara, Madrid, 1979. (“Así que en esta/ inmensidad se anega el pensamiento:/ y naufragar es dulce en este mar”. Traducción de Antonio Colinas.
RIMBAUD, Arthur. Poesía completa. Círculo de Lectores, Barcelona, 1998. (“¡Oh, pálida Ofelia, bella como la nieve!/ Si, tú moriste, niña, por un río arrastrada”. Traducción de Anibal Núñez).
MALLARMÉ, Stéphane. Oèuvres completes. Gallimard, Paris, 1998. (“Estas ninfas quisiera perpetuar”).
BAUMAN, Zigmunt. Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de Cultura Económica, México D:F:, 2005.
RILKE, Reiner María. Elegías de Duino. Lumen, Barcelona, 1980. (“Pues lo bello no es nada/ más que el comienzo de lo terrible, que todavía apenas soportamos”. Traducción de José María Valverde).
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
2017 Galería Gema Llamazares.
2016 Galería Ángel Cantero. León
2015 Fundación José Cardín. Villaviciosa.
Palacio Pimentel. Diputación de Valladolid.
2014 Galería Gema Llamazares.
2013 Galería Javier Román. Málaga.
2011 Fundación Carriegos. León.
Galería Gema LLamazares
2009 Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo.
2008 Galería Gema Llamazares. Gijón.
2007 Galería Amaga. Avilés.
2005 Galería Fruela. Madrid.
Fundación Caja Rioja. Logroño.
Biennale Internazionale del ’ Arte
Contemporánea. Florencia. Italia.
2004 Galería Espacio Líquido. Gijón.
Ibercaja. Zaragoza.
2001 Galería Espacio Líquido. Gijón.
Caja España. Valladolid, Palencia, León,
Zamora.
1998 Galería L.A. Gijón.
1997 Fundación Museo Evaristo Valle. Gijón.
1996 Caixa de Ourense. O barco. Ourense.
1995 Galería Índice. Torrelavega. Cantabria
1994 Caja de Asturias. Oviedo, Avilés, Mieres,
La Felguera.
1993 Galería Índice. Torrelavega. Cantabria.
1992 Sala Borrón. Consejería de la Juventud. Oviedo
1989 Aula Mapfre. Pola de Siero. Asturias.
Galería Algalia. Villaviciosa
PREMIOS Y BECAS
2016 Premio adquisición bienal nacional de la gastronomía.
Casa consuelo. Otur.Luarca.
2014 Premio adquisición bienal nacional de la gastronomia. Casa consuelo.
2012 Premio especial fundación cardin. Xv certamen de pintura ayuntamiento de villaviciosa.
2009 3º premio v certamen nacional casimiro baragaña. Siero.
2007 Premio Adquisición XI Certamen Nacional de la Gastronomía y la Pintura. Otur.
2º Premio III Certamen Nacional Casimiro Baragaña. Siero
2006 Primer premio VIII Bienal Nacional de Pintura de Noreña.
2003 Accésit IV Premio Internacional de Pintura Royal Premier. Málaga
2001 Premio Adquisición. Bienal Nacional de la Gastronomía. Casa Consuelo.
2000 Finalista Premio Internacional Royal Premier. Málaga
1999 Premio Adquisición X Bienal Nacional de Pintura La Carbonera
Finalista Premio Nacional de Pintura “Caja Castilla La Mancha” Toledo
Primer Premio Astur-Joven. El Corte Inglés.
1998 Primer Premio I Certamen Nacional de Pintura de Villaviciosa.
1997 Premio Adquisición I Certamen Nacional del Mar. Museo Marítimo de Luanco. Asturias.
1995 Premio Adquisición Bienal Nacional de la Gastronomía. Casa Consuelo. Otur. Luarca.
Primer Premio IV Bienal Nacional de Pintura. “Villa de Noreña”
1994 Finalista en el XII Premio Internacional Eugenio Hermoso. Fregenal de la Sierra. Badajoz.
Primer Premio Certamen de Pintura de Armintza. Vizcaya.
1993 Primer Premio y Medalla de Oro en el XXIV Certamen Nacional de Pintura de Luarca.
Finalista XXX Salón de Otoño. Caja de Ahorros del Mediterráneo. Murcia.
1992 Primer Premio Certamen de Pintura. Puerto de Tazones.
1991 Beca ERASMUS de la C.E.E. para estudiar en La Ecole Nationale Superieure des Beaux Arts .Paris.
Trabaja el Atelier Antonio Segui de la misma escuela.
Seleccionado en el Bizkaiko Artea en la especialidad de pintura. Vizcaya.
Seleccionado “Regards sur Citröen”. Paris.
Mención Honorífica en el XXII Certamen Nacional de Pintura de Luarca.
Premio Adquisición por la Caja de Asturias en la VI Bienal Nacional de Pintura La Carbonera.
Sama de Langreo.
1990 Accésit Certamen de Pintura de Osakidetza.Vizcaya.
1ª Premio Certamen de Pintura de Gallarta.Vizcaya.
Seleccionado en la IX Bienal de Artes Plásticas de Vitoria. Álava.
1ª Premio Concurso de murales de Osakidetza para su realización en los centros sanitarios de Vizcaya.
1989 Accésit 1ª Bienal de Pintura Aspy. Santander.
1º Premio Certamen de Pintura Puerto de Tazones. Asturias.
3º Premio IV Certamen de pintura de Arrigorriaga. Vizcaya.
1988 2º Premio Certamen de Pintura de Arrigorriaga. Vizcaya.
1986 2º Premio Certamen Regional de Artes Plásticas.
OBRA EN COLECCIONES Y MUSEOS
Museo de Bellas Artes de Asturias
Fundación Museo Evaristo Valle. Gijón.
Museo Marítimo de Luanco. Asturias.
Ayuntamiento de Lemoiz. Vizcaya.
Ayuntamiento de Noreña. Asturias
Ayuntamiento de Villaviciosa.
Cajastur.
Colección Masaveu.
Caixa de Ourense.
Casa Consuelo. Otur.
Osakidetza. Vizcaya.
Hoteles Royal Premier. Málaga.
Asociación Cultural Puerto de Tazones.
Ayuntamiento de Luarca.
El Corte Inglés.
Mapfre seguros.
Colección Husa Hoteles.
Colección Hoteles NH.
Colección Fundación José Cardín.
Ayuntamiento de Navia.
Fundación de Cultura de Siero.
Astilleros Armón.
BIBLIOGRAFIA
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Mar de Fondo. Suplemento la Voz de Asturias.4 de Marzo 2005
“Mar afuera”. La voz de Asturias. 13 de Abril de 2007.
“Paisajes a mar abierto” La voz de Asturias. 11 de Abril de 2008.
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“Guillermo Simón toma el relevo de la Galería Fruela ”. 5 de Enero 2005. La voz de Asturias.
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Guillermo Simón, “Mar de Fondo”.El Punto de las artes.4 al 10 de Febrero de 2005
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“Guillermo Simón se mira el mar” 13 de julio 2015
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MONTAÑES, CEFERINO.
El espejo de la memoria de Guillermo Simón. Texto Exposición Galería Amaga. 2007
En las crines del mar.2014
La mirada azul. 2015
Catálogo de Geografías del mar.2015
PRADO CUEVA, MANUEL ENRIQUE.
Texto catálogo Exposición Galería Espacio Liquido.2001
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“Pinturas cinéticas” El Comercio. Febrero 1997
“Las pinturas cinéticas de Guillermo Simón” El Comercio. 24 de Diciembre de 1998
“Velando emociones” El Comercio. 25 de Enero de 2001
“De talleres y artistas. Entrevista. 27 de Mayo 2004.El Comercio.
“De talleres y artistas. Entrevista.29 de Enero 2005.El Comercio
“Auroras boreales, buscando lo esencial.” Catalogo exposición Galería Fruela. 2005
“La impronta propia es algo innato” Entrevista .De talleres y artistas. 24 de marzo 2007.
“Atmosferas septentrionales” .El Comercio . 29 de Marzo de 2008.
En el taller de Guillermo Simón- Fragmentos acuáticos. El Comercio. 30 de julio de 2011.
“Donde todo fluye” El Comercio. 9 de abril de 2011.
“Metáforas de un temporal” EL Comercio. 29 de marzo de 2014
“Una nueva mirada azul” El Comercio 30 mayo de 2016.
RUBIERA PILAR.
La Nueva España. 3 de Febrero 2005.
Entrevista 3 de julio de 2015. La Nueva España.
SAMANIEGO, JOSE ANTONIO.
La Nueva España.27 de diciembre de 1998.
“La materia liquida de Guillermo Simón. La Nueva España, 3 de Febrero 2001
“El progreso de la abstracción . La Nueva España. 5 de Junio 2004
“Mares y sueños de Guillermo Simón. La Nueva España, 29 de marzo de 2008.
“Nuevos registros expresivos de Guillermo Simón. La Nueva España. 13 de abril de 2011.
“En la cumbre de la ola” La Nueva España. 28 de Abril de 2014
SUÁREZ, RUBÉN.
“Un arrebato lírico plásticamente sólido. “La Nueva España. 25 de Junio 1994
“La tradición abstracta actualizada de Guillermo Simón” 5 de Febrero 1997
“Guillermo Simón, ejercicio de solidez” 17 de Diciembre 1998.
“El cambio intranquilo” 8 de febrero 2001
Por lo visto. Escritos sobre arte. 2003.
“Un vértigo cromático en el espacio líquido de Guillermo Simón.” Junio 2004
“Guillermo Simón, los manifiestos del mar”. 23 de marzo 2007.
“Texto catalogo exposición los mares y los sueños” Galeria Gema Llamazares. 2008.
“Guillermo Simón, una lectura neo-romántica” La Nueva España. 14 de marzo 2008.
Las seductoras “abstracciones representativas” de Guillermo Simón. La Nueva España. 7 de Abril de 2011.
“Guillermo Simón , entre el romanticismo y la abstracción” La Nueva España. 3 de Abril de 2014
“Guillermo Simón: Geografías de la mar,su mejor pintura” 3 de septiembre de 2015
TIELVE GARCÍA, NATALIA.
“Materialización en el recuerdo” Texto catálogo. 2001
Guillermo Simón. Texto catalogo exposición Espacio Líquido. 2004
VIGIL ESCALERA. GREGORIO.
Guillermo Simón/ Siempre estoy en lo más recóndito.28 de septiembre 2012. Vivencias plásticas.
Guillermo Simón/El mar existe más allá de sí mismo. 25 de marzo 2014. Vivencias plásticas blog.
Guillermo Simón/no hay forma de salir de ese cosmos. 4 de abril 2016
Otro Lunes Revista hispanoamericana de cultura.Berlín. Julio 2016
VILLA PASTUR, JESÚS.
“Algunas consideraciones ante un joven y excelente pintor asturiano”
Texto catálogo Exposición Caja de Asturias. 1994
La gastronomía en la Pintura. (Con Rubén Suárez y Evaristo Arce). 1995