Miel y apicultura los secretos más dulces del maliayes Marino Martínez
La apicultura es una de las grandes pasiones del maliayes Marino Martínez García. Una afición que heredó de su padre Marino Martínez al que ya ayudaba desde bien pequeño en el cuidado de abejas y recogida de miel. “Mucho antes de que yo naciera mi padre ya tenía en Valdesoto abejas en truébanos y casiellos de madera. Recuerdo como me gustaba ayudarle y curiosear con los abejorros que tenía, y las abejas que producían aquella miel tan rica que teníamos en casa”, explica este aficionado apicultor que tiene 15 colmenas en la localidad maliayesa de Cayáo en la parroquia de Coru
Ahora las abejas son para Marino un mundo apasionante y se ha convertido en todo un estudioso de su comportamiento. “Siempre me gustó mucho investigar el mundo de los insectos, especialmente el de las abejas, es una sociedad bastante compleja de organización animal, conocer cómo se relacionan conviviendo juntas en comunidad cada una con su función, la reina, obreras, o los machos (zánganos). Es un mundo muy curioso, cómo se transmiten la información de unas a otras a través de las antenas o abdomen sobre dónde están las flores árboles y frutales, o como se orientan a través del magnetismo terrestre”, explica el apicultor quien dice seguir estudiando su mundo para tratar de comprender mejor su comportamiento
El apicultor sacando miel de los panales
A pesar de que sus colmenas y abejas también son atacadas por la avispa asiática, a las que combate a la entrada del apiario con arpas eléctricas, dice que tienen otros grandes peligros que los seres humanos desarrollamos con una serie de actividades que las afectan muy negativamente. “Entre otra causas los usos de plagicidas en agricultura o industrialización en general; el uso y abuso de fitosanitarios o fertilizantes químicos… También se dice que las ondas electromagnéticas de la telefonía y radiodifusión les hacen daño, y por supuesto el cambio climático provocado por distintas prácticas humanas. A veces llegan a desaparecer las abejas de las colmenas sin motivos aparentes”, apunta Marino, y dice que estos y otros daños ya han sido bautizados como ‘síndrome de despoblamiento apícola’
Colmena
La afición de Marino también le ha convertido en todo un experto en recolectar su propia miel que recoge para consumo propio y algún regalo familiar o de amigos, pero puntualiza, ”trato de intervenir lo menos posible en la vida de las abejas cuando extraigo la miel de las panales de la colmena dando más prioridad a su vida y bienestar que a la productividad y rendimiento que den en miel”, afirma convencido de su trato con las abejas
Este también experto mielero habla de las bondades de la miel, “es un de los alimentos más naturales, sanos y ricos que se producen en Asturias, con muchos nutrientes, propiedades terapéuticas y múltiples efectos beneficiosos para la salud de mayores o niños”. Pero también recuerda que de las abejas se puede aprovechar polen, jalea real o propoleo con aprovechamiento medicinal, cosmético, gastronómico o como gran complemento de la alimentación humana
Sin embargo este apicultor muestra su preocupación por el futuro de las abejas y alerta sobre su disminución y la de otros insectos en general. “Al igual que pasa con otros seres vivos como algunos insectos o aves su disminución es alarmante, según explican científicos y biólogos, es debida y provocada por las agresivas actividades humanas sobre nuestro medio natural y su depredación a nivel mundial”, apunta con preocupación
Y este estudioso apícola deja su reflexión sobre esta especie tan importante para el mundo, ”cuidemos muestro medio ambiente, porque nuestras abejas no solo hacen miel, son el polinizador más valioso del planeta, y forman parte muy importante de nuestro futuro y vida”
Mariano Martínez en su colmenar de Cayao