La felicidad es un arte cotidiano. Entrevista a Eduardo Monteiro
Eduardo Monteiro es artista plástico y coach en procesos creativos y de superación personal. Reside desde hace más de quince años en Santa Mera, Selorio, Villaviciosa, propulsando ‘el arte de habitar lo cotidiano’
Vicente Alonso
“Actualmente, la cotidianidad se vive con demasiadas prisas, tensiones, mucha tecnología y poco contacto con la propia naturaleza personal. Problemas de gravedad global traen cada vez más incertidumbre a las sociedades modernas, donde muchas personas acumulan estrés y viven dificultades y crisis de diversa índole.” El artista plástico, conferenciante y coach Eduardo Monteiro, nos propone recuperar el valor de lo cotidiano y transformar la vida cotidiana en arte.
Eduardo Monteiro explica que el principal problema en las sociedades modernas es que la gente no disfruta en lo que hace, y aunque haya algunas personas que realizan el sueño de hacer lo que les gusta, habitualmente se vive en la ilusión casi constante de que “lo siguiente es más importante que lo que se está haciendo, y no se habita plenamente lo que hay en cada momento y situación, desaprovechando las posibilidades de disfrute, de consciencia y de eficacia creativa que tiene una persona que dispone de herramientas y habilidades de autogestión, con la atención entrenada a responder a lo que sucede en el momento presente.”
La vida es lo cotidiano, nos dice Eduardo Monteiro, “por ejemplo cuando alguien está haciendo algo pensando en otra cosa, o sin claridad de porqué hace lo que hace, o no aprovecha lo que cada situación le brinda aferrada a la idea de que las cosas deberían ser de manera distinta a lo que son, esa persona no está presente, su vida está deshabitada en ese momento”.
“Lo cotidiano abarca toda nuestra vida: los pensamientos en nuestra cabeza, lo que comunicamos, lo que sentimos, lo que hacemos, nuestras relaciones personales, trabajo, pareja, familia, profesión, carrera, ocio, amistades, salud, economía, etc. Cuando se comprende la extensión de lo cotidiano se entiende la razón de llamarle arte a habitarlo conscientemente“ dice Monteiro
Eduardo Monteiro enseña su arte de habitar lo cotidiano en diferentes ciudades españolas, Barcelona, Madrid, Burgos, Gijón u Oviedo. Explica que para construir la propia felicidad y no confundirla con las necesidades, los miedos, las modas y los estereotipos de éxito es imprescindible una concepción práctica y creativa en la vida cotidiana. “Quien desea mejorar su vida requiere hacerse totalmente presente en toda su vida”.
Desde la aldea de Santa Mera en Villaviciosa, Monteiro nos explica que es necesaria una práctica cotidiana con la que producir cambios felices en nuestra percepción y acción cotidiana, sin que eso implique retirarnos de la sociedad. “Vivir en la aldea y trabajar en grandes ciudades es para mí un contraste valiosamente creativo, la naturaleza y el asfalto son dos polaridades de las que me nutro, lo mismo sucede con lo que me aporta la gente que vive en el medio rural y en el urbano”.
Y afirma que sin práctica cotidiana, la felicidad se vuelve efímera y lamentablemente al volverla una cuestión transitoria, el concepto de felicidad queda banalizado. “Lo que hoy se entiende por felicidad es la exacta definición de la infelicidad, transitoria, fugaz, y dependiente de las otras personas y de las cosas”
EDUARDO MONTEIRO EN SANTA MERA, SELORIO, VILLAVICIOSA
Eduardo Monteiro cree en la felicidad como un arte en su sentido más original, tal como los antiguos griegos la denominaban con la palabra eudamonía, a la que se referían como el desarrollo del propio ser esencial hacia su máxima plenitud. Agrega que “Aristóteles, el gran filósofo griego, considerado uno de los precursores de la ciencia actual, identifica a la felicidad como el máximo objetivo de cada ser humano.” “¿En qué cabeza cabe que alguien del calado de Aristóteles va a dedicar toda su vida a lo transitorio, a lo fugaz y a depender?” cuestiona el artista y coach de Selorio.
Para Monteiro, la vida está en constante cambio, de una polaridad a otra, con momentos buenos, que cambian a momentos no tan buenos, donde hay éxitos y fracasos, satisfacción e insatisfacción. El movimiento vital es lo transitorio. La felicidad afirma Monteiro se asienta en el “continuum” de la consciencia y es un estado que se entrena y se construye cotidianamente, dentro de un proceso de auto descubrimiento y de aprendizaje constante, a través del que habitamos cada una de las evoluciones de lo cotidiano, aprovechando al máximo cada momento.
El proceso de construir nuestra felicidad implica soñar y realizar nuestros sueños, dice Eduardo Monteiro, que sostiene que las personas somos víctimas de nuestros propios hábitos limitantes. “Por ejemplo: quedarse parado antes de empezar a desarrollar algo pensando que lo que se desea no se puede lograr, quedarse inmovil quejándose de que las cosas no son como se esperaban, creer que se está sólo frente al mundo o dejar de avanzar esperando que las situaciones cambien o suponiendo que otras personas nos tienen que dar lo que deseamos, frenarse antes de llegar a la meta temiendo al éxito, no hacer por miedo a cometer errores o a fracasar, desestimar las valiosas y muy necesarias lecciones que los fracasos conllevan, creer que no se puede lograr lo que se desea porque no se tiene suficiente valía, o por el contrario suponer que se tiene mucha valía obviando los fallos que se cometen, son algunos de los hábitos cotidianos más comunes que inhiben nuestra creatividad y nuestra eficacia.”
Eduardo Monteiro nos aporta con su arte de habitar lo cotidiano una nueva visión de la felicidad que “implica transcender los límites que por hábito tenemos auto-establecidos y que determinan para cada persona, lo que le es posible crear, lograr y desarrollar en su vida y lo que no lo es.”
Afirma que su labor de coach y comunicador consiste en desarrollar y enseñar herramientas, claves y conceptos fundamentales que repercuten en una nueva autogestión vital que permite a cada persona desarrollar un estilo de vida consciente y creativo, aprovechando la capacidad y el potencial que tenemos todas y cada una de las personas, de aprender, emprender, pensar implicativamente, tomar consciencia, decidir, autoconocernos, reconocernos en nuestros aciertos y errores, soñar, mejorar, crecer, evolucionar, vivir con integridad, desear, amar, crear, comunicarnos, compartir, llegar a acuerdos, trascender nuestros límites, y disfrutar.
A los talleres y conferencias de Eduardo Monteiro, por diversas ciudades españolas asisten todo tipo de personas. Imagen en una conferencia en Barcelona
Lo más importante para comenzar a habitar lo cotidiano, afirma Monteiro, son tres decisiones: uno, decide la vida que vas a vivir, dos, decide la persona que vas a ser, tres: decide que vas a ser consecuente con tus decisiones.
“La felicidad se inicia tomando decisiones que nos impulsen más allá de nuestros hábitos limitantes. La incertidumbre se desvanece decidiendo y los obstáculos cesan de serlo fluyendo y avanzando más allá de estos.”
Eduardo Monteiro concluye la entrevista diciendo que la felicidad la construimos con un "no" y con un "sí" claros, no a quedarnos esperando y mirando la vida desde afuera, y sí a reconocer, aprovechar, aprender y disfrutar de la oportunidad a crecer que cada situación nos brinda.
Si quieres saber más...
Eduardo Monteiro
Tel.: 611 486 594
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