Heber Arenas experimenta en Llavares Villaviciosa, con calabazas gigantes
Redacción VH
El joven cosechero maliayés Heber Arenas Franco es todo un experto en cultivar su huerta de Llavares, Villaviciosa en la que siembra toda clase de hortalizas y verduras. Una pasión que le inculcó desde bien pequeño su abuelo Luciano Arenas, del que aprendió los mejores consejos para el cultivo y cuidados del huerto familiar
Ahora este jardinero de profesión se ha propuesto experimentar cosechando grandes ejemplares de calabazas con las semillas de la variedad “Atlantic Giant” creada en Estados Unidos para competiciones. “Mis semillas de esta variedad las he conseguido en La Granda (Gijón). Si se tiene una genética de calabazas grandes, la descendencia tiende a ser de un tamaño aún mayor. El pasado año ya conseguí cultivar 25 calabazas de buen tamaño, con dos ejemplares bastante grandes, uno de 34 kilos y el más espectacular que pesó 51”, explica sobre su “enorme” afición
Pero este año Arenas se propuso el reto de superar el tamaño de estas calabazas para lo que comenzó hace meses con la preparación de la tierra de su huerta. “La aboné en dos tandas, con 80 kilos por metro cuadrado de ‘cuchu’ de vaca combinado con gallinaza, todo de aquí de Llavares, para que se fuera enriqueciendo el terreno y estuviera listo para la plantación de las semillas que hice en primavera”. Arenas dice no haber utilizar ningún abono químico ni pesticida, “me gusta abonar natural cómo se hacía antiguamente”.
Ahora con la llegada del otoño este experto cosechero pudo preparar la ceremonia de “cosecha” de la mayor de sus calabazas “Atlantic Giant”, que ya se encontraba en su punto óptimo de madurez. El enorme ejemplar pesó 63 kilos, con un perímetro de 177 centímetros, y una altura de otros 70 centímetros. Arenas que se muestra orgulloso de la pieza nacida, remarca que otras claves de la excelente cosecha han sido la calidad del terreno y el trabajo de cuidados diario de la planta. “Además de una buena profundidad de tierra y un buen riego, en época veraniega he regado la calabaza con 40 litros de agua diarios al atardecer, y le daba sombra con un toldo”, explica el cosechero
Una experiencia con la que dice estar disfrutando tanto como con sus aficiones por la huerta o el campo en general. “Me encanta el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente y trabajar por una naturaleza sana para conservar y mejorar nuestro hábitat todo lo que se pueda”, dice este técnico en organización y gestión de recursos naturales y paisajísticos, jardinero de profesión y ahora también todo un maestro horticultor