Heber Arenas cultiva el Llavares (Villaviciosa) dos calabazas de record con 136 y 95 kilos
El aficionado a la huerta maliayes Heber Arenas, acaba de conseguir su sueño como cosechero autodidacta de calabazas. En su huerto de LLavares en Amandi, acaba de recolectar un ejemplar que pesó en báscula 136 kilos, y mide 218,5 centímetros de perímetro en su sección central. Esta semana recogía otro ejemplar que pesó 95 kilos y 237 centímetros de perímetro
Las descomunales calabazas son fruto de la constancia, en el que llevaba tres años de empeño y minucioso trabajo. “En noviembre del pasado año aplique sobre el terreno unos 70 kilos de cuchu de vaca por cada metro cuadrado de la huerta, para que en el siguiente mes de abril tuviese el terreno bien preparado y abonado de cara a plantar la calabaza el pasado abril. Según la planta fue creciendo le apliqué diferentes abonos como gallinaza (estiércol de gallinas), abono líquido de ortigas maceradas en agua de lluvia y tierra de diatomeas mezclada con el agua de riego”, explica el maliayés sobre la estrategia de preparación del terreno
Heber Arenas con la calabaza de 136 kilos
En el reto dice haber realizado otros cuidados fruto de sus experiencias como jardinero de profesión y aficionado a la huerta. “Apliqué durante todo el desarrollo de las calabazas abundante agua, especialmente al atardecer de los días soleados, a razón de unos 20/25 litros por planta diarios. Dejé solo un fruto en la planta que polinicé a mano para garantizar la polinización y la genética de la misma planta”, explica sobre otras de las claves para el cultivo de los enormes ejemplares
Arenas dice que estos calabazones de record son de la variedad “Atlantic Giant” creada en Estados Unidos para competiciones. “Las semillas de la que nacieron estas plantas de calabaza me las dio Andrés el de Granda (Gijón), al que le estoy muy agradecido por su generosidad”. Y añade sobre su hobby y excepcional cosecha. “Tengo varias plantas más de calabaza con algunas de un tamaño similar que aún no están maduras para ser cosechadas. Tengo que esperar a ver a que tamaño llegan”, explica orgulloso de la gigantescas calabazas, concretamente la de 136 kilos una de las mayores cultivadas hasta ahora en Asturias