Fotos y videos. Toma de hábitos de Romina Saraceno en la Comunidad de Clarisas, Villaviciosa

La Comunidad de Monjas Clarisas de Villaviciosa celebraron ayer un emotivo e importante acto en su historia. Romina Saraceno una joven argentina ha decidido desde hace más de un año vivir la experiencia monástica en esta pequeña fraternidad de las Clarisas de Villaviciosa, y ayer se celebró su toma de hábitos.

Romina Saraceno y la abadesa María Luisa Picado Amandi al comienzo de la ceremonia

Romina Saraceno, la Abadesa María Luis Picado, y los párrocos, Nestros Andrés Atampiz y Gonzalo José Suarez

Romina Saraceno nació en 1989 en Buenos Aires, Argentina, y estudió la carrera de literatura y ejerció su profesión como profesora de escuela secundaria y adultos. Dice haber sentido la llamada a la vida religiosa a sus 22 años, sin embargo, enfocada en su trabajo y otras actividades artísticas, como la acrobacia, el teatro y la danza tardó un tiempo en decidirse por la vida religiosa. Simultáneamente trabajó en su parroquia, sirviendo como catequista, ministro de la Eucaristía y grupo juvenil.

Su llegada a la comunidad de Clarisas de Villaviciosa se produjo en diciembre 2021, después de estar en contacto durante un año con las Hermanas Clarisas de la Villa. Tras hacer su año de Postulante, período en que tanto la joven como la comunidad tratan de conocerse y adaptarse a las distintas culturas, ayer daba otro paso más en el proceso formativo, teniendo lugar la toma de hábito; con lo cual empieza a formar parte de esta Comunidad de Clarisas de Villaviciosa

Ceremonia con Romina Saraceno, la Abadesa María Luis Picado, y los párrocos, Nestros Andrés Atampiz y Gonzalo José Suarez

Fue una ceremonia sencilla y emotiva, rodeada de las siete monjas y Abadesa del convento. Asistieron algunos de sus familiares más cercanos y varios sacerdotes amigos, entre los que se encontraba el actual párroco de varias parroquias de Villaviciosa, el también argentino Néstor Andrés Atampiz. También numerosos vecinos de la parroquia de Villaviciosa y de otras asturianas, y de la gran familia franciscana.

La Madre Abadesa de las Clarisas, María Luisa Picado Amandi explica sobre la tradición de la ceremonia llevada a cabo: “Hace muchos años que este rito se venía haciendo en privado, como casi todas las Órdenes antiguas; pero las Clarisas tenemos un protocolo especial basado en el origen de una tradición multisecular, que hemos querido recuperar uniéndonos a toda la Orden de Santa Clara”.

Asistentes que abarritaron la iglesia

Algunas fotos inferiores de la ceremonia

María Luisa Picado, se mostró muy ilusionada con el acontecimiento y toma de hábitos: “Como representante de esta Comunidad de Clarisas puedo decir que para nosotras es una gran alegría y aliciente que Romina Saraceno haya querido unir su vida a la nuestra. Es una promesa para el futuro, y nos sentimos felices por este regalo que Dios nos hizo a nuestra Comunidad”

Por su parte Romina Saraceno expresa sus sentimientos sobre la toma de hábitos “Para mí significa que dejo las ropas de civil para formar parte de una Orden instituida por nuestra Madre Santa Clara. El hábito, lejos de ser una prenda elegante, simboliza el inicio de una vida penitente, pobre y humilde”.

Y manifiesta sentirse muy feliz con el cambio a la vida monástica en Villaviciosa: “Al ser una comunidad tan pequeña, existe mucha actividad en nuestro día a día. Si bien el centro de nuestra vida es la oración, nos vemos obligadas a responder ante las necesidades que vayan surgiendo en los distintos oficios, como por ejemplo, la portería, la enfermería o la repostería, entre otros, ya que nos mantenemos de nuestro trabajo. El desafío consiste en vivir estas pruebas, con alegría y poder presentarlas al Señor, en cada Eucaristía”, explica comenzando ahora el nuevo período de formación llamado Noviciado, que dura dos años.

Romina Saraceno ya como Sor Romina

Fotos de la nueva monja recibiendo las felicitaciones de los asistentes

El acto que resultó muy cariñoso y emotivo, fue celebrado en la iglesia del monasterio que se encontraba llena de asistentes. La ceremonia fue oficiada por el párroco de Villaviciosa, Gonzalo José Suárez, acompañado por el párroco de Selorio Néstor Andrés Atampiz, contando con la presencia de varios sacerdotes llegados de toda Asturias.

Tras finalizar la ceremonia, Romina Saraceno se dirigió a los asistentes con palabras de agradecimiento, y recibió las felicitaciones y abrazos de cada uno de los asistentes