Alejandro Vega Alcalde de Villaviciosa ante el reconocimiento de UNESCO a la cultura sidrera
…Y EN EL PRINCIPIO FUE LA MANZANA
(Villaviciosa, ante el reconocimiento de la UNESCO a la cultura sidrera)
Así, se tituló la que considero mejor exposición (*) que se haya realizado hasta ahora en Asturias (por tanto en España), sobre lo que hoy, con más orgullo que nunca, denominamos, cultura sidrera asturiana; o lo que es lo mismo, “el mundo de la manzana y la sidra”. Fue en 1985, y no creo que fuera casualidad, que estuviera impulsada y coordinada por un villaviciosino, Evaristo Arce Piniella, entonces al frente de la obra cultural de la Caja de Ahorros de Asturias, y hoy, merecidamente, Hijo Predilecto de Villaviciosa, y Adoptivo de Oviedo.
Mucho se ha escrito sobre el pasaje del Antiguo Testamento, de Adán y Eva, asociado para siempre en la iconografía, a la creación, primero, y a la manzana. Y en lo que podría ser su trasunto (salvando todas las distancias), del dilema clásico: ¿qué fue primero, “el guevu o la gallina”?. Nuestro Cronista, Miguel González Pereda, ha dado recientemente su respuesta, cuando ha escrito que <>
Sea como fueren las cosas, lo cierto es que la forma de cosechar manzana, el procedimiento de fabricación de la sidra y toda la cultura que le rodea, en Villaviciosa ha sido transmitido a través de los siglos de generación en generación, y así, lo atestiguan los hechos históricos, que han reflejando todos los trabajos y publicaciones sobre la manzana y la sidra, que hasta ahora han sido.
Por ello, y por tanto, por justicia histórica, por presente, y futuro, sin pretensiones de grandonismo o banalidad, no hay duda que Villaviciosa, estuvo en el principio, y consideramos, está y debe estar, en lo que se refiere a la cultura sidrera asturiana, en el momento que celebramos este hito histórico que supone la declaración por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Desde José Antonio Caunedo, a Caveda y Jovellanos en el siglo XVIII y un montón de escritores y técnicos, hasta llegar en el tiempo actual, al pormenorizado estudio sobre la sidra en Villaviciosa, “Sidra y lagares tradicionales en tierras de Maliayo”, de Inaciu Hevia LLavona, y tal y como se refleja en los múltiples estudios del impulsor, y base fundamental del logro de la declaración por la UNESCO, Luis Benito García Alvarez (véase su tesis doctoral, Sidra y manzana en Asturias. Sociabilidad, producción y consumo (1875-1936) ), Villaviciosa ha sido clave en la historia sidrera de Asturias y de España, de un modo especial en su dimensión de internalización y en el proceso de institucionalización de la sidra.
Tal y como destaca, el Prof. Luis Benito García, si durante los siglos XVI y XVII, se constata una reseñable actividad sidrera en el municipio, siendo el pomológico el ramo agrícola más importante en el siglo XVIII, avanzado el siglo XIX, dos procesos impulsan y desarrollan de modo sustancial la producción de sidra en la segunda mitad de la centuria, la emigración a ultramar (lo que proporcionará la expansión del producto al vasto mercado americano y conformaría la industria de la sidra champanizada) y el proceso de industrialización y urbanización (que aumentó notablemente la población regional y que generó otro tipo de pautas de consumo cotidianas y no solamente ocasionales). Y concluye que por éstas y otras muchas razones que expone, << se debe considerar a Villaviciosa como uno de los núcleos esenciales de la historia y la cultura sidrera de Asturias, amalgamando el concejo además ejemplos y vestigios de vital importancia de todos los ingredientes que confieren al entramado sidrero su esencial carácter identitario, tanto en lo que se refiere a la dimensión productiva, como a la vertiente más lúdica y social.>>
¿Y de qué hechos estamos hablando, o mejor dicho de los que hablan y escriben los expertos?. Veamos, resumidamente.
-José Antonio Caunedo y Cuenllas, (1725-1802), es considerado el primer autor que trató de manera específica el cultivo de la manzana y la elaboración de la sidra en Asturias, dando cuenta de ello sus obras “Del fomento de los plantíos y modo de hacer sidra en Asturias (1785)” y “Memoria sobre el manzano y la elaboración de la sidra (1797)”.Este sacerdote somedano, conoció la sidra tras ser destinado a la parroquia de San Juan Bautista de Amandi, donde permaneció hasta su muerte, al entrar en contacto directo con la sociedad y costumbres del concejo manteniendo relación con importantes próceres locales como Francisco de Paula Caveda Solares y su grupo de ilustrados, y desarrollando una pionera labor de estudio, divulgación y enseñanza entre la población local de los cultivos de pumares y la elaboración de la sidra, para lo que dispuso de un llagar y una bodega cercanos a su casa rectoral
-La precursora y fundamental, labor de internacionalización y mejora de la comercialización y la promoción de la industria sidrera, destacando la centenaria sociedad Valle, Ballina y Fernández, con su conocía marca “El Gaitero”, y con su raíz y conexión indiana, que ha destacado además por extender su actividad al mundo de la cultura, como son buena muestra dos obras esenciales para la cultura sidrera; las esculturas urbanas de “La Manzanera” de Mariano Benlliure (1935) y “Exaltación de la Manzana” , de Eduardo Urculo (1996), erigidas respectivamente en Villaviciosa, en honor a dos grandes de la historia sidrera como fueron, Obdulio Fernández Pando y José Cardín Fernández. Y cuya labor se mantiene en la actualidad con su Fundación, y la Colección Permanente y Bodega Histórica de El Gaitero, en su emblemático emplazamiento de La Espuncia.
-La creación en 1956, de la Estación Pomológica de Villaviciosa, origen con su evolución, del actual SERIDA (Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario), el organismo de investigación del Principado de Asturias que se encarga, entre su diversa labor investigadora, de llevar a cabo los trabajos de caracterización, evaluación, selección y mejora de variedades locales de manzana de sidra.
-Al año siguiente de la creación de la Estación Pomológica, la Diputación Provincial enviaría a sus técnicos, encabezados por su director, Sergio Álvarez Requejo (1930-2007), a un viaje de formación con estancias en los Inglaterra, Francia, Suiza y Estados Unidos. Aquí asistirían a la celebración del Apple Blossom Festival de Washington e, inspirándose en él, nació en 1960 el Festival de la Manzana de Villaviciosa. Este Festival, no sólo es fundamental en la historia, por ser el primero en Asturias de este tipo ( que sirvió de inspiración, a otros festivales que nacieron a su imagen y semejanza, como fue el Festival de la Sidra de Nava (1969), o el Festival de la Avellana de Piloña (1972)), sino por lo que supuso de innovación, como fue su apuesta por la promoción del producto, transferencia al sector productivo, o de evolución en la tradición, como se reflejó en la puesta de largo de la espicha, en su dimensión de acto público e incluso institucional. Cabe decir aquí, considero que obligadamente, que Villaviciosa y Asturias están en deuda con la obra de Sergio Requejo y sus colaboradores que impulsaron la Pomológica y este Festival, entre los que cabe citar por todos, a Esteban Díaz Campillo y Miguel Palacios Valderrama. Con el Festival, vino para quedarse, además, el slogan “Capital manzanera de España”.
-La cultura sidrera de Villaviciosa está presente en la vida cotidiana y de un modo singular en la vida social del concejo. Buena prueba es que en el año 1971 se celebró aquí el Primer Concurso Provincial de Sidra Natural, que se mantiene hasta nuestros días, en las fechas de las Fiestas de la patrona de Villaviciosa, Nuestra Señora del Portal, ante la que cada año de celebración del Festival, se ofrece en bendición, la primera sidra que sale del llagar. O la Fiesta de la Sidra, y el Concurso de Escanciadores, ambos entre los más antiguos de Asturias, sin que pueda faltar una referencia al empuje actual de la sidra
casero, que tiene en Villaviciosa en origen, tras la iniciativa del primer concurso en Sariegu, al principal concurso de sidra casero de Asturias, y desde 2016 al certamen regional, “Premios Mundo Collada”, en recuerdo a otro de los fundamentales impulsores de la cultura sidrera.
-El Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DOP) de la Sidra de Asturias, se constituyó en 2002 como organismo regulador de la producción de manzana y sidra de Asturias con tres áreas fundamentales, el control y certificación, la defensa de la marca “Sidra de Asturias”, y la promoción. Villaviciosa, por su histórica vinculación con la producción de manzana y de sidra, es sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Sidra de Asturias desde 2003. No habría sido posible este otro hito histórico, sin la labor investigadora del SERIDA, que arranca desde la citada labor precursora de la Estación Pomológica, y el esfuerzo de entendimiento y del sector sidrero y de cosecheros. Unido, quiero citarlo, al acierto de la gestión político-administrativa que considero representada por todos los que participaron, en la figura del entonces consejero, Santiago Menéndez de Luarca.
En fin, es necesario añadir en este momento histórico, la labor anónima, callada, y siempre esforzada, de tantos paisanos y paisanes, de todas las parroquias de Villaviciosa, cosecheros y llagareros, (pa casa o industriales), que nos han permitido llegar hasta aquí. Y sin duda, conjurarnos para que su ejemplo, nos sirva para afrontar los retos y problemas que, no hay que ocultar tenemos planteados, para que sea posible mantener esta cultura sidrera que hoy celebramos. Ellos supieron superar tiempos más difíciles, si bien es verdad que ahora nos enfrentamos a otro tipo de problemas, desde luego, distintos y complejos. Me vienen a la memoria muchas personas de esta historia, que pueden servirnos de guía, y ya no están con nosotros; además, de los ya citados, Pablo Sánchez Miyar, Manuel Riera, o Consuelo Busto, entre otros, y los llagareros, cosecheros y hosteleros sidreros, que también nos han dejado en estos años. Todos/as nos han legado enseñanzas para afrontar los problemas y aprovechar la oportunidad que se nos abre ahora con esta declaración. Villaviciosa está dispuesta para afrontar ese reto en ámbitos de actuación ya iniciados como el sidroturismo y otros; y en la asignatura pendiente de lograr un recurso cultural y turístico que recoja y promocione la fundamental historia de la manzana y la sidra en Villaviciosa, incardinado y coordinado con los recursos ya existentes, tanto públicos como privados, en nuestra Comarca de la Sidra y en Asturias.
Pero para ello, primero, es necesario volver al principio, a la manzana. Ese es el primer reto que en esta materia, tiene planteado Asturias, y donde las administraciones, ahora, y sin más dilación, debemos centrar los esfuerzos. En esto, el ejemplo de aquel cura de Amandi, que en el siglo XVIII, junto a su labor
pastoral, se ocupó de dar instrucción a sus parroquianos, para la plantación de pumares y la producción de sidra, sigue siendo, válido. Pronto, aquí en Villaviciosa, tendremos ocasión de analizarlo, gracias de nuevo, al trabajo coordinado por Luis Benito García Alvarez, José Antonio Caunedo y Cuenllas, párroco ilustrado (1725 - 1802). Vida, documentos y escritos económicos. Y será buena ocasión para conjurarse por el futuro de la cultura sidrera, recitando aquellos versos, de otro clérigo, Bruno Fernández Cepeda, nacido en Nava en 1774, pero que quiso morir en Villaviciosa en 1803, de su poema Riqueza de Asturias, que en opinión de Xuan Xoxé Sánchez Vicente, <<debería tar na portada de cualquier obra (o folletu) turísticu d`Asturies>> .
(*)Publicación realizada con motivo de la Exposición que, bajo el mismo título, presentó la Caja de Ahorros de Asturias en la XXIX Feria Internacional de Muestras de Asturias en Gijón, durante el mes de agosto y en la Galería de la Obra Cultural en Oviedo, en septiembre, inaugurando la temporada artística 1985-86.
Alejandro Vega Riego. Alcalde de Villaviciosa