Un siglo de cafés emblemáticos en Villaviciosa: Manín, Oriental, Imperial, Colón, Continental…
Y en la imagen de portada recuerdo en fotos de Casa el Roxu, Casa Piro, Casa Corripio, El Manquín, Café Avenida y Hotel Comercio, en Villaviciosa
Los cafés trajeron a Villaviciosa, a finales del siglo XIX, el gusto por el refinamiento y la tertulia. El Café Oriental, situado en Nicolás Rivero, fue el primer establecimiento de estas características que abrió sus puertas en La Villa. Además de encender sus labios con pequeños sorbos de café, la burguesía local pasaba allí las tardes jugando a las cartas y al billar.
Aunque se sabe que esta bebida se conocía en el siglo XVIII, los primeros cafés no surgen en Asturias hasta después de la Guerra de la Independencia.
Los frecuentan estudiantes, intelectuales, y políticos: durante la revolución de 1868 se convierten en cenáculos conspirativos. El personal servía a los clientes licores, dulces, chocolates, refrescos, helados y esponjados, además de la indispensable “bebida intelectual”, como se bautizó al café.
Procedente de Etiopía, el café fue rechazado –Y hasta prohibido- en algunos países europeos. Algunos médicos advertían sobre los nefastos efectos del consumo: insomnio, estremecimientos musculares, inhibición sexual, aceleración del pulso...; Mucha cafeína conducía al delirio. Sin embargo, otros facultativos resaltaban sus cualidades benéficas: activa el pensamiento, despeja la inteligencia, y sirve para atajar el dolor de cabeza y la fiebre tifoidea, prescribiéndose contra la gota, el reumatismo y el cólico nefrítico.
Con el nuevo siglo la faz de Villaviciosa cambia hasta volverse irreconocible, en este ambiente se abren nuevos locales que realzan su vida social: el Café Moderno, de la familia Ballina –que popularmente se conocía como Café Manín-, situado en Balbín Busto, el Gran Café Imperial (también Café Español), de Escolástico Buera, situado en el Mercáu Vieyu –El Güevu-; el Gran Café (luego Continental y Rex), de Facundo Álvarez –el Café de Facundo-; su hijo Fernando se instaló por cuenta propia en el Ancho, abriendo el Café Avenida.
El que fuera alcalde maliayés en los años 20, abrió en la Fontanina el Café Busto Vega: existió otro en Cervantes, El Café Exprés, de Evaristo Llera. En Campomanes se encontraba el café-bar de Antonio Rodríguez.
En los cabarés de la II República, como El Placer, también se servía café. Un local histórico fue el Colón, quizás el más emblemático de este siglo, regentado, en la calle Nueva, por Alfonso Fernández.
Cafés de Villaviciosa: Lluis Portal