El Llancín, la huerta de los girasoles de San Martín, Villaviciosa. Fotos
Redacción Vicente Alonso
No es un campo de girasoles, pero esta huerta de ‘El Llancín’ en San Martín del Mar, Villaviciosa, produce este verano unos enormes girasoles, que son lo que más llaman la atención entre los cientos de flores diferentes. “Plantamos semillas hace dos años que nos regaló una amiga, Alicia Naredo. Pero hasta ahora no habíamos tenido girasoles tan altos, ni con flores tan grandes. Tampoco los cuidamos especialmente, y no sabemos cuál puede ser la razón, Puede ser porque es una tierra negra y suelta, cuidamos su riego, y es una huerta muy soleyera”, explican Antonio Blanco de 81 años, y Belén García de 84, entusiasmados por la grata sorpresa de sus lucidos girasoles
Antonio Blanco, mostrando flores y frutos
Antonio y Belén se dedican desde hace más de 20 años, en cuerpo y alma,al cuidado de esta finca del Llancín, junto a la ría de Villaviciosa, En esta huerta que es como su ‘jardín secreto’, se pueden encontrar cientos flores diferentes. “Tenemos pendientes de la Virgen, crisantemos, botones, camelias, gladiolos, hortensias, rosales de todos los colores, y hasta calas, amarillas, rojas y moradas muy originales”. Pero lo que más llaman la atención son los girasoles, “están preciosos, algunos tienen flores de más de 25 centímetros de diámetro, y superan los dos metros y medio de altura ”, explica orgullosa Belén, toda una amante y experta en flores y sus cuidados
Belén García con flores y una pequeña calabaza
“El Llancín” produce un poco de todo, y Antonio muestra orgulloso sus frutales, “Ahora mismo hay muchos piescos y ñises. También tenemos, ñísperos, manzanes, y hasta limones y naranjas. Y cosechamos, patates, fabes, pimientos, cebolles, o calabazas que llegaron a pesar más de 40 kilos. Este verano les tenemos pequeñines, pero de formas muy caprichosas y curiosas”, asegura Antonio, que con Belén llevan sus cosechas a los mercados de la Plaza de Abastos de Villaviciosa. “Los cuidados de la tierra nos dan bastante trabajo para nuestra edad. Pero es nuestra ilusión de cada día, y una afición que nos llena de vida”, aseguran estos aficionados a todo lo que se pueda cosechar en una güerta asturiana. En este casodel “Llancín”, casi un ‘jardín encantado’ de Villaviciosa
Belén mostrando un gran girasol
'Pendientes de la reina' y rosas de El Llancín
Belen y Antonio entre girasoles